En un acto de reconocimiento a una lucha que ha trascendido lo personal para convertirse en emblema colectivo, la Escuela de Estudios Superiores de Chihuahua entregó el Doctorado Honoris Causa a José Luis Castillo Carreón, padre de Esmeralda Castillo, joven desaparecida en 2009 en Ciudad Juárez.
El galardón destaca su incansable trabajo en defensa de los derechos humanos y en la visibilización de la desaparición de personas en México.
Desde hace más de 15 años, José Luis Castillo ha dedicado su vida a buscar a su hija Esmeralda, quien desapareció el 19 de mayo de 2009 cuando tenía apenas 14 años y se dirigía a la escuela.
En ese camino, ha emprendido una labor que va mucho más allá de su caso: se ha capacitado en derecho penal y perspectiva de género, ha brindado acompañamiento a otras familias víctimas de desaparición forzada, y ha encabezado campañas de prevención, en particular dirigidas a comunidades escolares.
Entre sus aportaciones más destacadas se encuentra el “Esmeratón”, una jornada anual que combina la denuncia social con la acción comunitaria, cuyo objetivo es combatir la trata de personas. “Buscar a Esmeralda es buscar a todas”, ha reiterado en distintos espacios, convirtiéndose en una voz legítima dentro de los movimientos que luchan contra la violencia de género y los feminicidios en México.
El activismo de José Luis Castillo lo ha llevado a marchar por distintos estados del país y a participar de manera activa en movilizaciones como las del 8 de marzo, donde colectivos feministas lo han reconocido como un aliado incondicional. Cada año, además, conmemora el cumpleaños de Esmeralda con la organización del ‘Emeralaton’, una carrera que busca mantener viva la memoria de su hija y de cientos de mujeres desaparecidas.
Durante la ceremonia de entrega del Doctorado Honoris Causa, José Luis Castillo expresó que el reconocimiento no es sólo para él, sino para todas las madres y padres que, como él, viven con la ausencia de un hijo. Subrayó que este honor académico simboliza una fuente de fortaleza colectiva y un impulso para seguir trabajando en la prevención de más desapariciones. Agradeció a la institución por apoyarlo en su formación académica y concluyó su discurso con el grito que ha marcado su causa: “Porque vivas se la llevaron y vivas las queremos”.