Agentes federales de inmigración arrestaron a 44 personas este viernes en diversas partes de Los Ángeles, lo que provocó enfrentamientos en al menos un lugar, donde los agentes lanzaron granadas aturdidoras para intentar dispersar a una multitud que se había reunido para protestar por las detenciones.
Los oficiales y agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) ejecutaron órdenes de registro en tres lugares, afirmó Yasmeen Pitts O’Keefe, portavoz de Investigaciones de Seguridad Nacional.
Pero los defensores de los derechos de los inmigrantes tenían conocimiento de que se realizaron arrestos en siete lugares, incluidos dos Home Depots, un almacén en el distrito de la moda y una tienda de donas, dijo Angelica Salas, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes, o CHIRLA.
En el distrito de la moda, los agentes ejecutaron una orden de registro en un negocio después de que ellos y un juez determinaron que había causa probable de que el empleador estuviera utilizando documentos apócrifos para algunos de sus trabajadores, dijo Ciaran McEvoy, portavoz de la fiscalía federal.
En Los Ángeles, la alcaldesa Karen Bass criticó la redada, y acusó que tenía como objetivo “sembrar terror”.
Las autoridades federales de inmigración han intensificado los arrestos para cumplir con la promesa del presidente Donald Trump de realizar deportaciones masivas.
Todd Lyons, director del ICE, se defendió esta semana contra las críticas de que las autoridades están siendo demasiado severas. Ha dicho que el ICE está promediando alrededor de 1.600 arrestos por día y afirmó que la agencia ha arrestado a “criminales peligrosos”.
Recientemente estallaron protestas después de una redada de inmigración en un restaurante de San Diego, así como en Minneapolis, cuando funcionarios federales con equipo táctico aparecieron en un vecindario latino para una operación que dijeron estaba relacionada con un caso criminal, no de inmigración.