El glaciar Brich se derrumbó y sepultó al pueblo suizo que de Blatten, que se encontraba debajo de la gran estructura natural; se reporta una persona desaparecida.
Sin embargo, la comunidad había evacuado el pueblo días antes ante el temor de que el glaciar se estuviera desintegrando.
Por su parte, el alcalde de Blatten, Matthias Bellwald, declaró que “ha ocurrido lo inimaginable”, pero dijo que el pueblo aún tiene futuro.
Las autoridades locales solicitaron el apoyo de la unidad de socorro del ejército y miembros del gobierno suizo se dirigían al lugar.
Los 300 habitantes del pueblo tuvieron que abandonar sus hogares el 19 de mayo después de que los geólogos que monitoreaban la zona advirtieran que el glaciar parecía inestable.
El gobierno suizo prometió el financiamiento para garantizar que los residentes puedan quedarse, si no en el pueblo, al menos en la región.
Sin embargo, Raphaël Mayoraz, director de la oficina regional de Riesgos Naturales, advirtió que podrían ser necesarias más evacuaciones en las zonas cercanas a Blatten.