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El desafío de un CEO mexicano en Nissan

Es la primera vez que un mexicano ocupa esa posición en una de las grandes compañías del sector automotriz global.

Iván Espinosa, mexicano y egresado del Tecnológico de Monterrey, se convirtió en noticia mundial al asumir, desde el 1 de abril pasado, el cargo de CEO global de Nissan.

Es la primera vez que un mexicano ocupa esa posición en una de las grandes compañías del sector automotriz global.

Pero llega en medio de una tormenta.


En los primeros cuatro meses de 2025, Nissan produjo en México 221 mil 481 vehículos.

Fue la segunda mayor productora de autos en el país, solo detrás de General Motors.

La firma japonesa exportó 138 mil 124 unidades, colocándose también en el segundo lugar del ranking de empresas exportadoras del sector automotriz en México.

Nuestro país es el tercer mercado más importante a nivel global para Nissan, solo después de Japón, que ocupa el primer lugar, y de Estados Unidos, en segundo.

Comparto estos datos de contexto debido a las versiones que surgieron este fin de semana sobre el cierre de plantas de Nissan en varios países —incluido México—, así como sobre el anunciado recorte de 20 mil puestos de trabajo a nivel global. De hecho, ya se han despedido a 9 mil empleados, y aún faltan 11 mil más.

La producción global de Nissan en 2019 fue de 4.8 millones de vehículos, mientras que en 2024 descendió a 3.14 millones.

La caída es del 34.5 por ciento en un lapso de cinco años.

La crisis global responde, entre otros factores, a la transición energética, al fracaso de Nissan para escalar la producción de autos híbridos y eléctricos, y a la caída en las ventas en mercados clave como China y Estados Unidos.

Además, existe ahora el riesgo de aranceles para los vehículos exportados desde México, ya que se reporta que varios modelos vendidos a EU no cumplen con las reglas de origen del TMEC, lo que implicaría el pago de un arancel del 25 por ciento.

Las decisiones que Nissan tome en los próximos meses dependerán de la situación global del mercado automotriz y de su dificultad para encontrar un nicho competitivo, no de la situación específica en México.

Aunque las determinaciones clave aún se están definiendo en los cuarteles generales de Nissan en Yokohama, resultaría sorprendente que en los próximos meses se optara por cerrar alguna planta en México, dado el alto nivel de eficiencia con el que operan.

El nuevo CEO ha señalado que su estrategia buscará “mejorar el rendimiento y crear un negocio más ágil y resiliente que se adapte rápidamente a los cambios del mercado”.

Las versiones que circulan en Japón indican que el plan contempla el cierre de 7 de las 17 plantas que Nissan tiene en el mundo, la reducción de plataformas de producción de 13 a 7, y la simplificación de las piezas utilizadas.

“Vender menos coches, pero más rentables” es la consigna que ha planteado Espinosa.

Sin embargo, las empresas japonesas son extremadamente reservadas al comunicar decisiones corporativas, lo que da pie a múltiples especulaciones.

Este fin de semana, tras los reportes de medios japoneses y agencias internacionales sobre los cierres de plantas —incluyendo en México—, la compañía se limitó a declarar que se trataba únicamente de especulaciones.

En nuestro país, naturalmente, surgió preocupación ante estos reportes.

No obstante, en la industria automotriz se reconoce que las plantas de México, especialmente las de Aguascalientes, están entre las más eficientes del mundo dentro del grupo Nissan.

Aun así, en este contexto de transformación y con los desafíos que enfrenta la compañía, cualquier escenario es posible.

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