El primer discurso íntegro de Donald Trump como presidente de Estados Unidos

Donald Trump pintó un futuro mejor para Estados Unidos en su discurso inaugural
Donald Trump pintó un futuro mejor para Estados Unidos en su discurso inaugural
Optimismta.Donald Trump pintó un futuro mejor para Estados Unidos en su discurso inaugural
AFP
Nación321
2017-01-20 |15:43 Hrs.Actualización06:09 Hrs.
CREEMOS QUE IMPORTA POR...

Porque las palabras de Trump sirven para el análisis político y la plática de café o bar

Por ser de interés, te dejamos el discurso completo que pronunció Donald Trump este viernes en Washington, D.C., tras jurar como el presidente 45 de Estados Unidos:

"Jefe de justicia, presidente Carter, presidente Clinton, presidente Bush, presidente Obama, compatriotas estadounidenses y la gente del mundo, gracias.

Nosotros, los ciudadanos estadounidenses, estamos unidos en un gran esfuerzo nacional para reconstruir nuestro país y restaurar su promesa a toda la gente.

Juntos, determinaremos el curso de Estados Unidos y el mundo por muchos, muchos años por venir. Enfrentaremos nuestros desafíos y dificultades, pero lograremos nuestro cometido.

Cada cuatro años, nos reunimos en este mismo lugar para llevar a cabo la pacífica y ordenada transferencia de poder, y estamos muy agradecidos con el presidente Obama y la primera dama Michelle por su amable ayuda durante esta transición. Ellos han sido magníficos, muchas gracias.

Sin embargo la ceremonia de hoy tiene un significado muy especial porque hoy, no solamente estamos transfiriendo el poder de una administración a otra o de un partido a otro, sino que estamos transfiriendo el poder de Washington, D.C. y se lo estamos regresando a la gente.

Por mucho tiempo, un pequeño grupo en la capital de nuestra nación ha obtenido los beneficios del gobierno mientras que la gente pagó el costo. Washington floreció, pero la gente no recibió esa riqueza. Los políticos prosperaron, pero los empleos se iban y las fábricas cerraron. El establishment se protegió, pero no a los ciudadanos de nuestro país. Las victorias de ellos no han sido sus victorias. Sus triunfos no han sido los triunfos de la gente. Y mientras ellos celebraron en la capital de nuestra nación, había poco que celebrar en los hogares de miles de familias alrededor de nuestro territorio.

Todo eso cambia en este momento y en este lugar porque este momento es su momento, le pertenece a la gente.

Le pertenece a todos los que se reunieron hoy y a todos los que están viendo en la tele alrededor de Estados Unidos. Este es su día. Esta es su celebración. Y este, los Estados Unidos de Norteamérica, es su país.

 Lo que verdaderamente importa no es el partido que controla a nuestro gobierno, sino como nuestro gobierno está controlado por la gente.

El 20 de enero de 2017 será recordado como el día en el que la gente se volvió de nuevo el mandatario de esta gran nación.

Los hombres y mujeres olvidados por nuestro país jamás volverán a ser olvidados.

Todos están escuchándolos ahora. Han venido en decenas de millones para ser parte de un movimiento histórico, algo que el mundo jamás ha visto.

En el centro de este movimiento está una convicción crucial, el que una nación existe para servir a sus ciudadanos. Los estadounidenses quieren grandes escuelas para sus hijos, vecindarios seguros para sus familias y buenos empleos. Estas son demandas justas y razonables de gente buena y un público bueno.

Pero por mucho tiempo para nuestros ciudadanos, una realidad diferente existió: las madres y niños estaban atrapados en la pobreza de nuestras ciudades; nuestras fábricas se erosionaron como lápidas en nuestro territorio; el sistema educativo se llenó de dinero pero dejó a nuestros jóvenes y bellos estudiantes sin conocimiento; y el crimen y las pandillas así como las drogas nos robaron muchas vidas, dejando a nuestro país sin el potencial que tenía.

Esta masacre estadounidense termina en este momento y en este lugar.

Somos una nación y nuestro dolor es su dolor. Sus sueños son nuestros sueños. Y su éxito será nuestro éxito. Compartimos un corazón, un hogar y nuestro glorioso destino. El juramento a la oficina de hoy es un juramento de nuestra alianza con todos los estadounidenses.

Durante muchas décadas, hemos enriquecido a la industria extranjera a expensas de nuestra industria estadounidense; hemos subsidiado a los ejércitos de otros países mientras veíamos como se deterioraba nuestro ejército. Defendimos las fronteras de otras naciones mientras que nos rehusamos a defender las nuestras.

Y gastamos trillones y trillones de dólares en el extranjero mientras que la infraestructura estadounidense ha caído en la desesperación y el abandono. Hemos hecho que otros países se vuelvan ricos, mientras que la riqueza y la confianza de nuestro país se disipó en el horizonte.

Una a una, nuestras fábricas se cayeron a pedazos y abandonaron nuestras costas, sin ni siquiera tener un poco de consideración por los millones y millones de estadounidenses que fueron abandonados. La riqueza de nuestra clase media se fue de los hogares y se distribuyó alrededor del mundo

Pero eso es el pasado. Y ahora, estamos viendo solamente hacia el futuro.


Nos hemos reunido aquí y ahora para anunciar un nuevo decreto y que sea escuchado en cada ciudad, en cada capital extranjera y en cada salón de poder. De ahora en adelante, una nueva visión gobernará nuestra tierra. Desde hoy, será Estados Unidos primero, Estados Unidos primero.

Cada decisión que tomemos en cuanto a tratados comerciales, en impuestos, en migración, en asuntos exteriores, solamente será tomado para beneficiar a los trabajadores estadounidenses y a las familias estadounidenses. Debemos proteger nuestras fronteras de los destrozos de otros países que están creando nuestros productos, robándose nuestras compañías y destruyendo nuestros empleos.

Este proteccionismo conllevará a una gran prosperidad y fuerza. Lucharé con cada respiro de mi cuerpo y nunca los defraudaré-

Estados Unidos comenzará a ganar de nuevo, ganar como nunca antes.

Recuperaremos nuestros empleos. Recuperaremos nuestras fronteras. Recuperaremos nuestra riqueza. Y recuperaremos nuestros sueños.

Construiremos nuevas autopistas y carreteras y puentes y aeropuertos y túneles y vías de tren alrededor de nuestra gran nación. Sacaremos a nuestra gente de la asistencia social y les devolveremos el empleo, reconstruyendo nuestro país con manos estadounidenses y trabajo estadounidense.

Seguiremos dos simples reglas: compra estadounidense y contrata estadounidense.

Buscaremos amistad y buenos tratos con las naciones del mundo, pero lo haremos en el entendimiento de que es correcto que todas las naciones pongan sus propios intereses primero. No buscaremos imponer nuestra forma de vida a ninguna persona, pero brillaremos como ejemplo. Brillaremos para que todos nos sigan.

Reforzaremos viejas alianzas y formaremos nuevas para unir al mundo civilizado contra el terrorismo radical islámico, que vamos a erradicar de la faz de la Tierra.

En el centro de nuestra política estará una alianza completa de Estados Unidos y a través de nuestra lealtad a nuestro país, vamos nuevamente a descubrir nuestra lealtad con los demás. Cuando uno le abre el corazón al patriotismo, no hay espacio para el prejuicio.

La Biblia nos dice lo bueno y placentero que es cuando Dios nos dice que vivamos juntos en unidad. Debemos dejar que hablen nuestras mentes abiertas, debatiendo honestamente nuestros desacuerdos, pero siempre vamos a impulsar la solidaridad. Cuando Estados Unidos se une, Estados Unidos es totalmente imparable.

No debe haber temor. Estamos protegidos y siempre lo estaremos. Estaremos protegidos por grandes hombres y mujeres de nuestro ejército y las fuerzas de seguridad y de la policía. Y lo más importante, estaremos protegidos con Dios.

Finalmente, debemos pensar en grande y soñar incluso más grande. En Estados Unidos, entendemos que una nación solamente está viva cuando avanza. No volveremos a aceptar a políticos que son pura habladuría y nada de acción, que constantemente se quejan pero no hacen nada al respecto.

El tiempo para las conversaciones vacías se acabó. Ahora llega la hora de la acción.

No dejen que nadie les diga que no pueden hacer algo. Ningún desafío puede ser más grande que nuestro corazón y el espíritu de lucha de Estados Unidos. No vamos a fracasar. Nuestro país será próspero de nuevo.

Estamos ante el nacimiento de un nuevo milenio, listo para descifrar los misterios del espacio, de liberar a la Tierra de las miserias de la enfermedad y de reunir las energías, industrias y tecnologías de mañana. Un nuevo orgullo nacional nos invadirá, levantando nuestra mirada y sanando nuestras divisiones.

Es tiempo de recordar ese viejo dicho que no debe ser olvidado, que sin importar si somos negros, blancos o morenos, todos sangramos la misma sangre de los patriotas.

Vamos a disfrutar las mismas libertades gloriosas y saludaremos todos a la gran bandera estadounidense.

Y ya sea que un niño nazca en una ciudad de Detroit o en las planicies de Nebraska, verán al mismo cielo nocturno, sus corazones tendrán los mismos sueños y respirarán el mismo aire que el creador.


Así que a todos los estadounidenses en cada ciudad lejana y cercana, grande y pequeña, de montaña a montaña, de océano a océano, escuchen estas palabras: ustedes jamás serán ignorados de nuevo.

Su voz, su esperanza y sus sueños definirán nuestro destino estadounidense. Y su valor y buena fe, su amor nos guiará en el camino.

Juntos haremos que Estados Unidos sea grande de nuevo. Haremos que Estados Unidos sea rico de nuevo. Haremos que Estados Unidos sea orgulloso de nuevo. Haremos que Estados Unidos sea seguro de nuevo. Y sí, haremos que Estados Unidos sea grande de nuevo.

Gracias. Que Dios los bendiga. Y que Dios bendiga a Estados Unidos".