Al rededor de las 9 de la noche, hora del Vaticano, este miércoles 7 de mayo se realizó la primera votación del Cónclave en el que se elegirá al nuevo Papa.
Como era de esperarse, la fumata de la chimenea que se colocó en la Capilla Sixtina resultó en humo negro, como símbolo de que no hay acuerdo, por ahora, en el perfil de la persona que dirigirá la Iglesia Católica.
Para mañana, jueves 8 de mayo, se contemplan cuatro votaciones más, dos por la mañana y dos más por la noche, si es que en el transcurso de cada una de ellas no se logra consenso. En cambio, si se elige a un nuevo Sumo Pontífice, veremos salir humo blanco de la chimenea.
En punto de las 4:30 de la tarde, hora del Vaticano, los cardenales caminaron hacia la Capilla Sixtina en una procesión solemne, entonando la Letanía de los Santos y el himno latino Veni Creator, implorando a los santos y al Espíritu Santo que les ayuden a elegir un Papa.
Una vez allí, los cardenales han prometido mantener el secreto sobre lo que está a punto de suceder y no permitir “ninguna interferencia, oposición o cualquier otra forma de intervención” de personas ajenas que influya en su votación.
Vale la pena recordar, que, durante el Cónclave, los 133 cardenales votantes, procedentes de 70 países, estarán aislados del mundo exterior, pues entregaron sus celulares y se bloqueó la cobertura alrededor del Vaticano para evitar que puedan comunicarse hasta que encuentren un nuevo líder.
