La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), advirtió que Petróleos Mexicanos (Pemex) sostiene una deuda creciente con miles de pequeñas y medianas empresas mexicanas que, alertó, hoy enfrentan una severa crisis financiera derivada del incumplimiento en los pagos por parte de la empresa productiva del Estado.
En un comunicado indicó que aunque al 31 de marzo de este año se reportó una disminución del 20% en la deuda de proveedores, ubicándose en 404 mil millones de pesos, el monto sigue siendo de proporciones insostenibles.
Aunque reconoció que este año Pemex ha pagado 147 mil millones de pesos, como informó la Presidenta de México, y que se trabaja en mecanismos con la Secretaría de Hacienda para saldar el resto, mientras no se cubra la totalidad del adeudo, miles de empresas seguirán en riesgo de detener operaciones, despedir personal o incluso cerrar definitivamente.
También indicó que desde el inicio de la actual administración, ha existido un esfuerzo por sanear las finanzas de Pemex. Sin embargo, los pasivos acumulados que hoy asfixian a cientos de empresas obedecen a malas prácticas, sobrecostos y contratos poco transparentes heredados de gestiones anteriores.
Señaló que la empresa acumula una deuda financiera total superior a los 2 billones de pesos, que incluso creció 3.8% al cierre de 2024. En este sentido, recordó que es importante señalar que existen mecanismos legales mediante los cuales Pemex y/o el Gobierno Federal pueden cancelar o renegociar contratos heredados que resulten excesivos o desventajosos, como ya se ha hecho en sexenios anteriores.
Explicó que cada factura pendiente representa el sustento de familias que dependen de empresas proveedoras en riesgo de cerrar. Muchas ya han tenido que reducir personal, cancelar operaciones o detener proyectos. En los casos más extremos, empresarios han perdido su patrimonio personal por no poder enfrentar compromisos fiscales, laborales o financieros derivados del incumplimiento de pagos por parte de Pemex.
Detalló que la afectación se concentra especialmente en zonas clave para el desarrollo energético del país como Ciudad del Carmen, Tapachula, Hidalgo, Irapuato, Tamaulipas, Oaxaca, Reynosa, Tabasco, Tampico y Veracruz, donde cientos de proveedores ven amenazado su futuro y el de sus comunidades. Todo ello ocurre mientras los ingresos por ventas y servicios de Pemex se redujeron 2.5% interanual, ubicándose en 395.6 millones de pesos, y su producción de crudo cayó 11.3%.
Añadió que, ante este panorama, es indispensable que se consideren esquemas de reestructuración interna que mejoren la eficiencia operativa y financiera de Pemex, a fin de convertirla en una empresa verdaderamente productiva y sostenible en el tiempo.
Finalmente alertó que distintas empresas han denunciado presiones indebidas y posibles actos de corrupción al interior de Pemex para liberar pagos legítimamente adeudados.
E insitió que “México necesita una empresa petrolera sólida, pero no a costa de debilitar al ecosistema empresarial que históricamente ha respaldado su operación. Pemex no puede avanzar si arrastra consigo a las empresas que le han brindado soporte técnico, logístico y operativo durante décadas”.