¿Qué son las barras de futbol y por qué están causando polémica en México?

Las porras nacieron con la finalidad de apoyar a los equipos de futbol pero se han convertido en un peligro
Las porras nacieron con la finalidad de apoyar a los equipos de futbol pero se han convertido en un peligro
Las barras.Las porras nacieron con la finalidad de apoyar a los equipos de futbol pero se han convertido en un peligro
Especial
Nación321
2022-03-07 |17:07 Hrs.Actualización17:07 Hrs.

Luego de la trifulca registrada en el estadio de La Corregidora durante el partido entre los Gallos Blancos del Querétaro y los rojinegros del Atlas, donde resultaron gravemente heridas 26 personas, salió a relucir la problemática de las barras que apoyan a los clubes de la primera división del futbol mexicano. Pero, ¿qué son?, ¿de dónde vienen?, ¿cuál es su origen? Acá te explicamos.

Si bien la función principal de las porras, como se les llamaba originalmente, es la de apoyar y animar a un equipo, desde hace varias décadas han tomado un cauce más agresivo, provocando que se le denomine "barras bravas".

ORIGEN DE LAS BARRAS EN MÉXICO 

De acuerdo con el sitio Apuntes de Rabona, la historia de estos grupos se remonta a finales de los años noventa, en especifico a mediados de 1995, cuando Andrés Fassi, vicepresidente de los Tuzos de Pachuca y director del Club Atlético Talleres, de Córdoba, Argentina, trajo la idea a México de crear grupos que apoyen a los equipos de soccer como lo hacen los seguidores de este deporte en Buenos Aires. 

Este hecho dio paso a la creación de la barra “Ultra Tuza”, la cual se dedicó a apoyar al Club de Fútbol de Pachuca durante la final por el ascenso, partido que los Tuzos perdieron ante el Celaya. 

LAS MÁS FAMOSAS

Luego, otras escuadras del futbol mexicano replicaron estas acciones, lo que dio pie al surgimiento de otra porras famosas como "La Rebel", de los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), "La Momumental" de las Águilas del América; Barra 51 del Atlas; "La Perra Brava" de los Diablos Rojos del Toluca; "Libres y Lokos" de los Tigres de la Universidad Nacional Autónoma de Nuevo León (UANL); entre otras. 

Como dato curioso, el único club de la época que no adopto una barra brava fueron los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UdeG), quienes decidieron mejor apoyar a una porra hecha con los estudiantes de la institución basada en los reglamentos internos, que, aunque compartían algunos elementos con las barras bravas, estaban limitados a solo apoyar al equipo y no a hacer cánticos contra el equipo rival.

Lo cánticos pasaron de ser un apoyo para el propio equipo a un insulto con tintes denigrantes y hasta homofóbicos en contra de los seguidores del equipo rival, hecho que ha desatado varias riñas entre estas barras, las cuales han dejado personas gravemente heridos e incluso pérdidas humanas, como fue el caso de un seguidor de los Rayados del Monterrey, quien fue asesinado al terminar el partido contra los Tigres, en 2016. 

EL APOYO DE LOS CLUBES 

Algunas barras cuentan con el apoyo directo de los clubes a los que apoyan, lo más común es ofrecer boletaje a los integrantes del grupo para los partidos del equipo; así como aportes económicos para el diseño y creación de banderas, "trapos", playeras u objetos de animación usados en los encuentros deportivos; además del permiso para poder ingresar a los estadios con estos instrumentos, ya que la Federación Mexicana de Futbol (FMF) no los autoriza..

En algunos casos, el club ofrece a las porras recursos para poder viajar a otros estados, en caso de que el equipo sea visitante; además de un lugar exclusivo dentro del estadio si es que el equipo juega de local o visitante.

En teoría, todos los equipos deben tener registradas a sus porras o barras con identificaciones oficiales para tener un mejor control de estos grupos, ya que entre 2002 y 2005, la Federación ordenó a todos los clubes realizar estas actividades.

Los clubes son responsables de preservar la seguridad tanto de aficionados como de los jugadores en sus estadios cuando se juega de local; así como del comportamiento de sus porras oficiales durante los juegos, incluso de visitante, ya que cualquier conducta irregular por parte de estos grupos podría derivar en una sanción en contra del equipo del tipo económico hasta la expulsión de los torneos vigentes. 

Un ejemplo de ello fue lo que ocurrió en 2014, cuando el entonces presidente de Chivas, Jorge Vergara, prohibió el ingreso de las barras al estadio del Guadalajara por los actos violentos que protagonizaron las porras de su equipo contra la del Atlas. Esta medida se mantuvo por un año.

PROTOCOLOS TRAS DISTURBIOS

Dada la violencia que impera en el futbol, durante varios años se han creado distintos protocolos para poder frenarla; por ejemplo, previo la creación de las barras en México, en 1990, la Confederación de Fútbol Asociación de Norte Centro América y el Caribe (Concacaf) mediante la Federación Mexicana de Fútbol, pidió a los equipos de la entonces primera división del país, aumentar sus medidas de seguridad, como la colocación de bardas de aluminio y malla para evitar incidentes como la infiltración de aficionados o el arrojo de objetos como vasos o botellas hacia los jugadores, ante los casos que se habían registrado en varios partidos

Después, en 2007,  la FMF decretó una prohibición para el uso de los "trapos" o carteles por parte de miembros de las "barras", alegando los distintos hechos de violencia entre las agrupaciones que se envuelven en peleas para el robo de estos objetos como símbolo de superioridad y que podría poner en peligro la integridad de los jugadores y asistentes a los estadios, amenazando de multas y suspensiones a los equipos que no establezcan un patrón de seguridad que permita la detección de estos objetos.

En 2011, después de que se registró una balacera a las afueras del estadio Territorio Santos Modelo, en Torreón, Coahuila, sede del equipo Santos Laguna, mientras se disputaba un partido de temporada regular contra los Monarcas de Morelia,  la Federación dio la orden a los equipos de retirar el bardado alrededor de sus estadios, solo dejándolo en los espacios reservados a las barras bravas.

En este año, tras los incidentes registrados en el estadio La Corregidora, el torneo "Grita por la Paz Clausura 2022" fue suspendido hasta nuevo aviso y el presidente de la Liga BBVA MX, Mikel Arriola, informó que como medida cautelar, para evitar otra tragedia, las barras no podrán viajar a apoyar a su equipo como visitantes. Además, el estadio del Club Querétaro quedará suspendido hasta nuevo aviso.

La Federación Mexicana de Futbol también plantea prohibir la venta de alcohol en los estadios con la finalidad de que la afición no replique actos violentos durante los partidos.

Sin embargo, las sanciones contra el club Querétaro podrían ser más severas, pues se está manejando una posible desafiliación debido a la evidente falta de reacción del equipo y las autoridades para preservar la seguridad de los aficionados en el partido.

¿QUÉ DICEN LAS LEYES?

En 2013, Gerardo Liceaga, quien fungía como diputado federal por el PRI y fue secretario de la Comisión del Deporte de la Cámara de Diputados, fue uno de los impulsores de la Ley en contra de la Violencia en Eventos Deportivos; sin embargo, acusó que muchos dueños de clubes y presidentes de equipos se opusieron a las medidas que buscaron imponer en su momento con dicha propuesta.

Además, en 2014, el exdiputado acusó de manera directa a Andrés Fassi de ser uno de los responsables de la violencia dentro de los estadios derivada de las trifulcas entre las porras de los equipos de primera división. Por los recientes hechos, el también comentarista deportivo culpó a Yon de Luisa, titular de la FMF, de oponerse a su iniciativa en el pasado.

La  Ley General de Cultura Física y Deporte  establece que las autoridades de los tres órdenes de gobierno deberán coordinarse entre sí o con instituciones sociales y privadas a fin de prevenir la violencia en el deporte y garantizar el desarrollo pacífico en los recintos donde se celebren eventos deportivos masivos y en sus inmediaciones, así como la seguridad y patrimonio de las personas.

En dicha ley se determina que los organizadores y, en su caso, los propietarios de las instalaciones están obligados a garantizar la implementación de las medidas de seguridad en los recintos deportivos y serán responsables de los daños y perjuicios que se generen en los escenarios deportivos en contra de los asistentes y de sus bienes al interior de las instalaciones por omisiones en las reglas y medidas de seguridad.

Actualmente, la Ley establece sanciones que van de seis meses a cuatro años de prisión a los aficionados o asistentes que lancen objetos contundentes; ingresen sin autorización a los terrenos de juego y agredan a las personas o causen daños materiales; así como a quien participe activamente en riñas, lo que se sancionará con seis meses a cuatro años de prisión y de 10 a 60 días de multa.

Además de castigar a quien incite o genere violencia; introduzca al recinto o a sus instalaciones anexas, armas de fuego, explosivos o cualquier arma prohibida, aquí serán sancionados con un año seis meses a cuatro años seis meses de prisión y de 20 a 90 días de multa.

Asimismo, se les impondrá la suspensión del derecho a asistir a eventos deportivos hasta por cinco años. Según el artículo 155 de esta ley, el padrón de personas sancionadas con suspensión del derecho de asistir a eventos deportivos formará parte de las bases de datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).