Agua de mar, futuro para México: ¿Es posible potabilizarla para consumo humano?

La desalinización del agua puede llegar a la potabilización de la misma
La desalinización del agua puede llegar a la potabilización de la misma
Proceso.La desalinización del agua puede llegar a la potabilización de la misma
Especial
Enrique Vega
2024-03-22 |08:52 Hrs.Actualización08:51 Hrs.

En el marco del Día Internacional del Agua, recordamos que los océanos cubren el 70% de la superficie terrestre que, a su vez, contiene el 97.5% de agua del planeta, el otro 2.5% se encuentra disponible en forma de ríos, lagos y glaciares, es decir, agua dulce.

Pero para darnos una idea de la poca disponibilidad de agua potable, la ONU-Habitat advierte que del total de agua dulce disponible en el planeta, sólo un 0.01% es agua potable. ¿Alarmante?

Sin embargo, la tecnología avanza a la par de las necesidades de la humanidad y actualmente contamos con un proceso conocido como desalinización, que aprovecha el mar del agua para 'transformarla' en agua dulce.

En Nación321 nos preguntamos si es posible potabilizar este recurso al grado del consumo humano y, lo más importante, si este proceso abre la puerta a un futuro sostenible para la población en cuanto al abasto del líquido. 

¿QUÉ ES LA DESALINIZACIÓN?

De acuerdo con la página especializada en temas hídricos iAgua, una planta desaladora o planta desalinizadora es una instalación que convierte el agua salada del mar (o salobre) en agua apta para el consumo humano, así como para usos industriales y de regadío.

Es conocida por las siglas IDAM (Instalación Desaladora de Agua de Mar) o IDAS (Instalación Desaladora de Agua Salobre). 

Por lo que desalinización, como su nombre lo sugiere es el tratamiento del agua de mar para remover la sal que contiene con la intención de potabilizarla o para otros usos de consumo humano. 

¿ESTE PROCESO SE REALIZA EN NUESTRO PAÍS?

En entrevista, la profesora de la Universidad Iberoamericana, Adriana Flores, indicó que en México, este proceso es una realidad y hay plantas desalinizadoras en diferentes estados. 

De acuerdo con la la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en México existían un total mil 256 plantas desalinizadoras, en 2021. 

Según Germán Martínez, titular de este organismo, en México la mayoría de las plantas desalinizadoras se destinan al abastecimiento de agua potable en desarrollos turísticos, pequeñas comunidades y agricultura de exportación.

Flores añadió que "los usos del agua pueden ser diversos, no puede ser sólo la ingesta la el agua potable, se usa para preparar alimentos, para el aseo personal", pero ahondó que el agua tratada tiene otros usos como el "riego, el uso del agua para la producción de energía eléctrica, el uso del agua que entra a la industria para enfriar turbinas".

Durante un foro convocado por el Senado en 2022 en el que se abordó la desalinización del agua como una vía a futuro para garantizar el abasto del agua, el titular de la Conagua indicó que "ante la gran disponibilidad del agua de mar en México, la desalinización es una alternativa para enfrentar la escasez hídrica".

Con los 11 mil 122 kilómetros de litoral con los que cuenta México, el titular de la Conagua indicó en ese entonces que nuestro país tiene potencial para la desalinización del agua de mar, "sin embargo, debe tomarse en cuenta que estos proyectos requieren una alta demanda energética para su obtención, elevados costos de operación y mantenimiento, así como una adecuada disposición de la generación de aguas de rechazo (salmuera)".

Una visión que compartió la experta, quien afirmó que de debería  apostar por esta tecnología, pues el agua desalinizada sirve no sólo para consumo humano, sino que se puede apostar para "tener agua gris o agua de segundo uso, para para esos otros usos que no requieren una calidad tan elevada, entonces ahí las desalinizadoras pues funcionan muy bien". 

Por otro lado, Germán Martínez precisó que uno de los principales factores que limitan este tipo de tecnología, es el costo, el cual depende de diversos factores, principalmente la ubicación de la planta, la fuente de abastecimiento, las dimensiones y el costo energético (el cual representa hasta 70% del total), entre otros. 

Por otra parte, el titular de Conagua explicó que existen dos tecnologías para la desalinización: de procesos térmicos (destilación), y de membranas (electrodiálisis y osmosis inversa), las cuales varían en costos, impacto ambiental, calidad del producto, energía consumida, entre otras. En general, las membranas de ósmosis inversa son la tecnología líder para las nuevas instalaciones de desalinización de las aguas salobres.

Recalcó que el éxito en la instalación de este tipo de proyectos de tecnología avanzada, dependen, principalmente de que sean autosostenibles económicamente, para que los municipios y organismos operadores puedan cubrir los altos costos que representa su operación.