En una entrevista con W Radio, la comisionada nacional de Búsqueda, Karla Quintana, dijo que se trata de un “crematorio clandestino de importantes dimensiones” que “seguía operando hasta hace poco”.
Además, aseguró que los trabajos podrían durar varios meses.
Este campo se encuentra cerca del kilómetro 26 de la carretera que va de Monterrey a Nuevo Laredo, bautizado como la “carretera de la muerte”.
Solo durante 2021 se estima que más de 80 personas, tanto de México como de Estados Unidos, han desaparecido en esta vialidad como consecuencia del recrudecimiento de la violencia por la disputa entre grupos criminales y la llegada del poderoso Cártel Jalisco Nueva Generación.
El nuevo hallazgo no es el único caso en Tamaulipas, pues la Comisión Nacional de Búsqueda dio a conocer recientemente el caso de La Bartolina, un campo de exterminio y cremación del Cártel del Golfo hallado en 2017 en Matamoros, donde hasta ahora se han recuperado al menos 500 kilos de restos óseos calcinados.
“En todo el estado de Tamaulipas estamos inundados de fosas clandestinas porque a las autoridades que les corresponde no han hecho su trabajo”, denunció el activista Geovanni Barrios -de la ONG Justicia Tamaulipas- quien consideró que el nuevo hallazgo “demuestra la vulnerabilidad de la sociedad frente a la delincuencia organizada”.
Las autoridades atribuyen las desapariciones como consecuencia del incremento de la disputa entre cárteles en esta región, por las estratégicas ciudades fronterizas de Tamaulipas, por donde se cruza droga y también miles de migrantes, un negocio que ahora compite con el narcotráfico.
México sufre una severa crisis con más de 90,000 desaparecidos sin localizar desde 1964, año en que comenzaron los registros, si bien la inmensa mayoría sucedieron después de 2007, con el inicio de la llamada guerra al narcotráfico bajo el gobierno de Felipe Calderón.