Seguridad

¿A qué prisiones llevaron a los 26 criminales mexicanos llevados a EU?

alt default
Se quedarán tras las rejas.
(Especial)

La decisión de extraditar a 26 delincuentes de alta peligrosidad a Estados Unidos tiene que ver con la seguridad del país, ya que estas personas seguían delinquiendo en prisiones mexicanas, dio a conocer Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de México.

Pero esa no fue la única revelación, pues García Harfuch detalló que en el traslado de los 26 presuntos delincuentes participaron 988 elementos y 91 vehículos de la secretarías de la Defensa Nacional, Marina (SEMAR, SSPC, Guardia Nacional (GN), así como de la Fiscalía General de la República (FGR).

Y dio detalles sobre los sitios a los que fueron enviados.


Según detalló, el traslado se efectuó desde la Base Aérea Militar No. 1, de Santa Lucía, en 12 aeronaves oficiales, con destino a: Nueva York, California, Arizona y Virginia.

Aunque a detalle no se especificó a qué prisiones fueron llevados estos criminales, quizá estos datos puedan darnos una idea:

En Nueva York, la única prisión federal actualmente en funcionamiento es el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn (MDC Brooklyn).


California alberga 13 prisiones federales independientes y ocho campamentos penitenciarios federales. Entre las prisiones de máxima seguridad la más conocida es la Prisión Estatal de Pelican Bay, ubicada en Crescent City.

En Arizona existen varias prisiones federales, etre ellas se encuentra la Penitenciaría de los Estados Unidos, Tucson (USP Tucson), que es una instalación de alta seguridad para hombres.

En Virginia, existen prisiones federales, incluyendo la Prisión Federal de Lee (USP Lee), que es una instalación de alta seguridad para hombres. Además, hay cárceles de máxima seguridad en zonas mineras, como la Prisión Estatal de Wallens Ridge y Red Onion.

¿QUÉ DELITOS COMETÍAN DESDE PRISIÓN LOS 26 ENVIADOS A ESTADOS UNIDOS?

De acuerdo con García Harfuch, los criminales enviados a EU cometían ilícitos y manejaban empresas criminales por medio de las visitas que recibían mientras estaban recluidos en las prisiones mexicanas.

Principalmente cometían extorsión, además de que ordenaban homicidios y secuestros.

“Estos delincuentes de alto perfil continuaban dirigiendo actividades ilícitas mediante visitas, mismas que no pueden prohibirse por respeto a sus derechos humanos, sin embargo, estas interacciones eran aprovechadas para mantener operaciones criminales, amenazar a funcionarios y extender redes de corrupción e intimidación, lo que representaba un riesgo inaceptable para la seguridad", explicó Harfuch

contenido relacionado