En México, quien nace pobre tiene una alta probabilidad de quedar pobre toda su vida, a causa de la baja movilidad social.
Así lo señala el estudio de la OCDE ¿Un ascensor social roto? Cómo promover la movilidad social, que retoma datos de un diagnóstico realizado previamente por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias en el documento El México del 2018.
El caso es que, en México, uno de cada dos niños que nacen en la pobreza, permanece pobre durante toda su vida, según la OCDE.
Por su parte, los hogares de ingresos medios tienen un “sustancial riesgo” de caer en la pobreza.
Si la movilidad social es baja en los sectores de menores ingresos, “es aún más baja en la cima debido al acaparamiento de oportunidades”.
Esa es la razón por la que “los hogares de ingresos medios sufren un riesgo sustancial de caer en la pobreza y percibir bajos ingresos a lo largo de su vida”, según el estudio, presentado recientemente.
“La movilidad social (en México) está estancada”, declaró a este reportero Gabriela Ramos, directora de la OCDE.
“La OCDE ha estado documentando el incremento de la desigualdad de los ingresos en los países miembros… y México es uno de los países más desiguales”, dijo.
Los países con mayor desigualdad tienen menor movilidad social y menor crecimiento económico.
Tanto los más pobres como los más ricos son más propensos a permanecer de esa manera toda su vida.
De acuerdo con Ramos, “en el estudio decimos que hay muy poca movilidad de los chicos que están en el ingreso alto, (que) es muy difícil que vayan a cambiar su movilidad; o de las personas que se encuentran en el estrato bajo”.
La directora de la OCDE y también sherpa ante el G20 lo describe así: “quien nace pobre, se queda pobre; y quien nace rico, se queda rico”.
Además, ofrece datos sobre lo que a un mexicano nacido en una familia pobre le llevaría salir de la pobreza:
“En promedio, en los países de la OCDE le tomaría cinco generaciones a un chico que está en un nivel de ingresos bajo para llegar a la media de ingresos… ni siquiera a la (parte) alta, cinco generaciones”, dice.
“De México no tenemos los datos precisos, pero estaría más o menos como Brasil o Colombia, que les tomaría 10 generaciones”, enfatiza Ramos.
En su momento, el documento del CEEY, publicado en mayo pasado, concluyó que los estudios sobre la movilidad social intergeneracional revelan que siete de cada 10 mexicanos que nacen pobres, se quedan pobres toda su vida.
“Lo anterior quiere decir que la posición social se transmite de padres a hijos con una frecuencia importante entre quienes se encuentran tanto en la base como en la parte más alta de la pirámide socioeconómica”.
En efecto, el estudio de la OCDE demuestra que casi la mitad de los hijos de gerentes o de quienes ocupan puestos de decisión en las empresas, van a alcanzar ese mismo nivel.
Por el contrario, los hijos de obreros, también van a ser obreros.
“Yo creo que esa fatalidad hay que romperla, es realmente inaceptable”, sostiene Ramos.
El reto es para el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, en cuyo gobierno la reducción de las desigualdades tiene que ser una prioridad.