La feria

El Lemusplaining a Verónica Delgadillo

Para lo que no hay que esperar es para advertir que es cierto lo que dicen los corrillos tapatíos: Que Lemus y Delgadillo no se llevan y que la segunda no tiene segura la nominación a repetir en la alcaldía.

La alcaldesa de Guadalajara, Verónica Delgadillo, ofreció ayer su mensaje por el primer año al frente de esa ciudad. La “nota” del evento que reunió al quién es quién de la grilla jalisciense es la confirmación de que la sucesión en 2027 de ese ayuntamiento no está decidida.

En 2024, Movimiento Ciudadano sufrió una aparatosa derrota en uno de sus bastiones. La cantidad de alcaldías importantes y diputaciones federales perdidas fue dramática: sólo un distrito federal pudieron colocar directamente en San Lázaro.

Por lo que toca a la gubernatura y a la capital jaliscienses, MC las retuvo por los pelos tras una pugna en tribunales. Por esas denuncias de Morena de supuestos fraudes, Delgadillo y Pablo Lemus llegaron raspados a sus respectivos puestos y siguen sin levantar del todo.


Lemus es un gobernador que no pesa en la CDMX. En parte –diría un chistorete tapatío que alega que en Jalisco no se hace dinero, si bien tampoco se trabaja– porque no se le ve desplegar un esfuerzo cotidiano para tal efecto. En Palacio Nacional apenas si lo topan.

Sin embargo, quien visite Jalisco, o quien siga los pasos de Lemus en las redes sociales, a las que muestra una particular devoción, verá que las y los jaliscienses tienen un gobernante con hartas ganas de lucir como influencer, dado a toda clase de poses y maromas.

Pablo Lemus lo mismo se pone de cabeza en el yoga que, al subirse a un barquito, la hace de Leo DiCaprio en Titanic. Mis paisanos dicen que eso gusta a la gente. Yo, como diría Bora, respeto. Pero la pregunta es si el gobernador es ya el jefe político del estado naranja.

Hace unas semanas, Enrique Alfaro visitó la entidad que gobernó hasta 2024, y su escapada desde el exilio madrileño levantó olas. El primer gobernador emecista aún ejerce su ascendente y es escuchado por no pocos en el gabinete de Lemus. Y por Delgadillo.

Ese factor tiene que ser descontado al reseñar lo ocurrido la mañana de este lunes en el Teatro Diana. Verónica Delgadillo daba su primer informe y lo que hiciera el gobernador Lemus en esa cita era tan esperado como lo que comunicara la alcaldesa.

A Delgadillo hay que reconocerle su consistencia. No sale del guion de ser la primera alcaldesa de GDL, así lleve un año, y de nuevo presumió su capacidad para sentirse pintora de machuelos u obrera tapabaches. La señalada manía de la clase política por disfrazarse.

Dice la edil que Guadalajara está limpia. Cualquier visita a colonias no de moda pone en entredicho eso. Pero justo es decir que ella arrebató a una empresa (CAABSA) a la que se acusa de incumplimiento de contrato, y que montó un nuevo sistema de recolecta. El tiempo dirá.

Para lo que no hay que esperar es para advertir que es cierto lo que dicen los corrillos tapatíos: Que Lemus y Delgadillo no se llevan y que la segunda no tiene segura la nominación a repetir en la alcaldía. Cosa de ver cómo el gobernador respondió el informe de la alcaldesa.

Fue todo un momento de Lemusplaining.

Pablo sacó el librito de Citas citables para decirle a Verónica: eres tú y tu circunstancia, y esa circunstancia, esa GDL que aquí hoy presumes, se debe a muchos alcaldes anteriores a ti (Pablo, obvio, uno de ellos).

Por si no hubiera calado la directa, el gobernador presumió que es él quien tiene en su escritorio los planes de Delgadillo para la ciudad.

Con su protagonismo, Pablo mató la nota del informe de Verónica. Le enmendó la plana, casi casi hizo su propio informe y le recordó quién es el factótum en Guadalajara. Por eso los presidentes no suelen ir a los informes de los gobernadores.

Ojalá Pablo fuera el factótum de Jalisco de cara a la Federación. Eso es tema de otra columna. Por lo pronto, ayer quedó claro. Lo mejor que le pasa a MC en Jalisco es que Morena está más dividido que los naranjas, porque, si no, desde hoy se cantaría que los guindas aprovecharán la pública falta de entendimiento entre dos de las pocas figuras que le quedan a los emecistas.

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