El sábado y el domingo cientos de personas marcharon en varias ciudades para reclamar medicamentos y deficiencias del sistema de salud.
Las manifestaciones fueron convocadas por Nariz Roja, organización cuya fama ha crecido estos años en proporción con la incapacidad de los gobiernos de Morena en servicios de salubridad.
Con el cambio sexenal se esperaba una solución al desabasto de medicinas y equipamiento médico, que empeoró López Obrador, y que se acabaran las ocurrencias: adiós a la farmaciota, bienvenido un nuevo intento, uno más técnico.
Encabeza ese esfuerzo no el secretario David Kershenobich sino el subsecretario Eduardo Clark, una de las personas más cercanas a Claudia Sheinbaum, y una de las pocas voces sensatas en los gobiernos morenistas en los tiempos de la pandemia.
Resulta evidente que hasta hoy el empeño de la presidenta y el de Clark, quien ha mostrado apertura tanto con empresarios del sector como con organizaciones (la propia Nariz Roja), han sido suficientes para que la situación de desabasto se lleve a un punto óptimo.
Lo que, sin embargo, no es en absoluto entendible es la actitud mostrada ayer por la presidenta Sheinbaum con respecto a las manifestaciones de este fin de semana.
Este lunes en la mañanera, sin pregunta de por medio, la mandataria trivializó la marcha, en su versión capitalina, al decir de la nada que fue encabezada por la panista Margarita Zavala. Trató así de invisibilizar un sensible y legítimo reclamo.
Alejandro Barbosa, dirigente de Nariz Roja, reaccionó vía redes sociales a esa declaración: “Hoy, decir que esta marcha estuvo con tema político, presidenta, nos parece de lo más bajo de su persona, lo más inhumano. Porque se va por un tema político, y no por la realidad que hay en los hospitales. La gente se está muriendo, presidenta”.
Desde Jalisco, el activista reclamó a Sheinbaum que a pesar de que la manifestación en CDMX llegó hasta Palacio Nacional, ella no mandó a nadie a escucharles, a dialogar. Y fue más allá:
“Le pedimos de la manera más correcta y atenta, uno, que no mienta, no hay medicamentos en los hospitales. Déjense de mentir. El 95% de compras es un tema que sólo ustedes saben, no lo podemos debatir porque no tenemos manera de poder evidenciar si ya se compró o no, pero lo que sí podemos mencionar con receta en mano son los faltantes de medicamentos en todo el país”.
Barbosa no ocultó su desconcierto ante la actitud asumida ayer por la presidenta. Como él mismo explicó, contrasta con el acceso y trato que le ha dado Clark. Sin embargo, pareciera que en Palacio Nacional creen que por esa apertura no se ha de criticar si las cosas siguen mal.
En buena hora Sheinbaum decidió cambiar el modelo de abasto, pero en mala hora puso fechas que no ha podido cumplir. Se fijaron plazos para la primavera, luego se dijo que en julio, y al no suceder, llegado agosto pacientes, familiares y gente solidaria salió a marchar.
Respeten a esta gente que salió a las calles a reclamar un derecho, dijo Barbosa ayer, quien agregó: “Si tanto le impresionó ver a Margarita Zavala ahí, más bien yo le diría: por qué no se impresiona de no ver a toda su gente haciendo algo por los niños con cáncer”.
Si no iba a tener palabras de consuelo a quienes no reciben sus medicinas o la atención debida, ¿qué necesidad tenía la presidenta de encima reducir a una declaración tan politiquera como reduccionista su postura con respecto a lo reclamado pacíficamente por ciudadanos?
Feo tropiezo de Sheinbaum con Nariz Roja.