Salvador Camarena: Un candidato antisistema muy del viejo sistema

El actor, es candidato a la gubernatura de Quintana Roo por Movimiento Ciudadano
El actor, es candidato a la gubernatura de Quintana Roo por Movimiento Ciudadano
Roberto Palazuelos.El actor, es candidato a la gubernatura de Quintana Roo por Movimiento Ciudadano
Cuartoscuro
autor
Salvador Camarena
Periodista
2022-02-10 |07:31 Hrs.Actualización07:31 Hrs.

Roberto Palazuelos tenía pistola –según eso con permiso de portación– y con ella disparó en un incidente –ocurrido en 2001– en el que murieron dos personas.

Además, Roberto Palazuelos tenía escolta armado, y éste habría matado a una, o a dos, de las personas que intentaron –presuntamente– asaltar a su patrón.

Acto seguido, y siempre según su testimonio, Palazuelos huyó del lugar de los hechos y se fue a esconder a una casa de Tepoztlán, donde difícilmente sería localizable.

Roberto Palazuelos, por tanto, podría decirse que era alguien con influencias.

Influencias porque no cualquiera tiene arma con permiso de portación (en caso de que los hechos hayan sido como él dice que fueron); y no cualquiera puede huir del lugar de los balazos a un refugio nada azaroso mientras alguien le arregla a uno un predicamento donde hubo muertos y toda la cosa.

Si sólo fuera por lo aquí consignado –es decir, incluso sin mencionar que además Palazuelos se ha ufanado, y reído, en entrevistas televisivas sobre el “gordo” que resultó muerto–, tenemos claro que el hoy empresario puede ser considerado un símbolo de los juniors de tiempos no tan lejanos, personajes conocidos por su arrogancia y prepotencia.

Figuras así despertaron la tirria de generaciones enteras de mexicanos por sus deplantes, abusos y francachelas –Palazuelos ha contado en medio de risotadas cómo él y sus cuates, juniors de la política, disfrutaban sin pudor de las casas del gobierno en distintas playas–.

Por todo lo anterior, cabe decir que, en muchos sentidos, nuestro personaje es un representante del viejo sistema, ese aparato político-empresarial corrupto, donde el nombre del juego era el influyentismo, con la consiguiente impunidad. Ese sistema que se supone que tenemos décadas queriendo dejar atrás.

Entonces ¿cómo fue que a Movimiento Ciudadano –un partido que promete llevarnos al futuro– se le ocurrió que Roberto Palazuelos puede ser su candidato a la gubernatura de Quintana Roo? Eso lo tendrá que contestar Dante Delgado.

Si Dante intuyó que un candidato así sería disruptivo en una campaña electoral, parece que acertó: las declaraciones que en las últimas horas ha dado Palazuelos, luego de que se conociera el video donde se jacta de que disparó, perfilan un discurso que apela a las emociones de gente que, en un clima de violencia sin control como el que padece México, premiará a los vengadores, a los que propongan armarnos para protegernos dado que el Estado es incapaz de procurar seguridad. Peligrosamente, esa falaz melodía podría tener éxito.

Pero Palazuelos no es una persona equis a la que la vida le puso hace 21 años una dura prueba de la que providencialmente salió bien librada. Su discurso de justiciero es poco creíble por ser él quien era: un personaje del entorno del influyentismo mexicano, el antiejemplo del ciudadano de a pie.

MC pretende cachar votos de los decepcionados con los partidos tradicionales, por un lado, y de los que desconfían de Morena. Y esa propuesta de castigar al sistema parece estar pegando en Quintana Roo: según El Financiero, Palazuelos tiene ya 13% de las preferencias electorales.

El junior que se jacta del incidente donde murieron dos personas, ése que ahora como empresario vende anuncios de casinos, busca convencer a los quintanarroenses de que la vieja y la nueva política no son la opción, que votemos por él.

La promesa de algo nuevo personificada por conductas de lo más detestables de nuestro pasado. Si la aventura prospera, MC habrá cometido la irresponsabilidad de fomentar, para empezar, el pistolerismo, y de revivir al junior como ente aspiracional. Nomás.