Salvador Camarena: San José de Gracia, mensaje recibido

El Presidente está preocupado por lo que se dice de él
El Presidente está preocupado por lo que se dice de él
AMLO.El Presidente está preocupado por lo que se dice de él
Cuartoscuro
autor
Salvador Camarena
Periodista
2022-03-01 |07:13 Hrs.Actualización07:13 Hrs.


El otro día conversé con alguien de Chihuahua. Y qué tal las cosas por allá. Bien bien, me dijo. ¿Y la inseguridad? Pues normal, cuando vamos ellos saben qué hacer y qué no. Por ejemplo, en la camioneta siempre van dos mujeres en los asientos delanteros: si nos topamos con algo pues no nos paran, si manejaran hombres sería distinto.

El otro día conversé con alguien que de tiempo atrás pasa mucho tiempo en la zona conurbada de Cuernavaca. ¿Se ha disparado la violencia? Normal, me explicó. Normal cómo. O sea, sí, pero es que como dijo alguien de mi familia: si llevamos 15 años encerrados.

Días después conversé con alguien cuya familia recién se mudó a la ciudad de la eterna primavera. Están en lo que muchos calificarían como casi el paraíso. Muchos, pero no su hijo, que siente que tras un tiempo en el extranjero ha perdido su libertad y está aprendiendo a distinguir cohetes de balazos. Gran educación.

Ayer escuché al Presidente de la República luego de que el domingo por la noche circulara un video de un presunto asesinato colectivo en San José de Gracia, tan cerca de Mazamitla, tan cerca de tantos recuerdos bucólicos para tantos michoacanos y jaliscienses.

No sé cuánta gente está preocupada por lo que se ve en ese video. Asumo que mucha, seguro que demasiada. En San José de Gracia, en Michoacán, en Jalisco y en México, pues no se necesita ser de la región para que la eventualidad de que haya ocurrido una masacre escueza el alma.

Bastante gente, pero por lo que vimos no Andrés Manuel López Obrador. Él está preocupado por Liébano Sáenz y por Chumel Torres. Por un analista/encuestador y un humorista.

Las palabras cuentan. Los mensajes más. Ayer el Presidente de la República no abrió su mañanera con un posicionamiento de que él se encargará de esclarecer todo y pronto; tampoco aseguró que su gobierno impedirá que criminales formen pelotones de fusilamiento, que decidan no sólo sobre la vida de quien gusten, sino que encima lo hagan con desfachatez.

La primera pregunta que el palero de turno formuló al Presidente fue sobre si está de verdad cansado o no. Cuestión que seguro el preguntador y su patrón creen que tiene al país en vilo (con perdón de don Luis González y González).

Como a la hora por fin el mandatario dejó de sobarse el ego a sí mismo y le preguntaron sobre el video michoacano. Ni un minuto dedicó a esos hechos cuando ya estaba hablando de sus adversarios y la caterva de lugares comunes que receta cada mañana desde Palacio.

Pero lo que el Presidente que se despierta de madrugada para reunirse con su gabinete de seguridad sí dejó en claro es que no tenía nada claro. Que 12 horas después de los hechos el gobierno federal no podía decir ni que sí, ni que no hubo una muerte tumultuosa en San José de Gracia. El Presidente que presumió que nada se le escapa al presidente de México no sabía (y por lo visto no le interesaba mucho saber) qué pasó en Michoacán la víspera.

Las palabras y el mensaje están claros. A Palacio Nacional le preocupa lo que se haga con lo que pasa en México, no lo que pasa en México, en Michoacán, en Cuernavaca, en Chihuahua…

En el país de los pozoleros, de las fosas de Veracruz, Taxco o Tlajomulco, de las balaceras en Morelos, de los jóvenes asesinados en Zacatecas al presidente le preocupan Chumel y Liébano. Mensaje recibido.