Por si alguna duda quedaba, hasta el más distraído ya tiene claro que en Morena no sólo sí hay tribus, sino pleitos entre las mismas.
Basta con leer editoriales de La Jornada sobre Clara Brugada, con ver cómo se disputan un asiento de la Suprema Corte u oír los audios de Morena Jalisco.
Y un factor que podría incentivar esos pleitos tiene que ver con el programa de Morena para el futuro sexenio.
AMLO se empleará en su agenda hasta el último día de su mandato y, si puede, más allá.
Él mismo en agosto anunció que hará recomendaciones a quien le suceda: “Las tengo que hacer porque es mi responsabilidad, aunque a lo mejor no me van a hacer caso, lo más seguro, pero sí voy a dejar un esbozo de lo que se necesita seguir haciendo para que continúe la transformación”.
Ese día, 15 de agosto, AMLO habló de infraestructura, trenes, carreteras, sector energético y, subrayó, “muchas otras cosas (…) para seguir creciendo con bienestar, progreso con justicia”.
Y si bien la reforma al Poder Judicial, por ejemplo, es uno de los temas en que parecen coincidir plenamente el Presidente y su candidata, quién puede descartar que en otros ésta quisiera que aquel no le agitara el avispero, como el anuncio de López Obrador de reformar las Afores.
La declaración de Andrés Manuel en Veracruz prometiendo una “corrección” al sistema de pensiones ha encendido un debate.
Nadie puede asegurar que el tabasqueño se vaya a conformar con sólo enviar la iniciativa para que al retirarse los trabajadores reciban de su Afore un mayor porcentaje, o la totalidad, de su último salario.
Es decir, que a sabiendas de que no tiene los votos pretenda únicamente enviar un mensaje político; o si a pesar de ello intentará en serio la reforma, y que desechada ésta se traslade el costo de no aprobarla al PRIANRD.
En todo caso, el círculo más identificado con AMLO coincide en que lo que sigue es “reemplazar” el sistema de pensiones “heredado” del anterior régimen.
Así está en el Proyecto de Nación 2024-2030, del que desde mediados de diciembre circula una versión completa.
En ese documento de los ultras de Morena, de 132 páginas, se presume que uno de los logros en materia laboral del sexenio fue la reforma al sistema de pensiones y proclaman que “la defensa de los avances exige no sólo mantenerlos, sino profundizarlos”.
En concreto, formulan que “en el largo plazo, el sistema de pensiones individualizadas heredado del periodo neoliberal debe reemplazarse por un sistema público que garantice un retiro digno a los trabajadores y las trabajadoras. Además de ser una cuestión de justicia social, se trataría de un poderoso estímulo a la formalidad laboral”.
En capítulo aparte piden “restituir el esquema de aseguramiento colectivo a fin de mejorar significativamente las pensiones, expandir prestaciones económicas y sociales de la población asegurada y recuperar el equilibrio financiero del sector salud”.
Es obvio esperar que Claudia Sheinbaum coincida con un modelo donde se dé a los trabajadores mayor recompensa luego de una vida de trabajo. Pero ella considera que el mencionado Proyecto de Nación 2024-2030 es apenas un borrador. La pregunta es quién editará ese documento, ella o el Presidente.
El grupo que redactó ese plan tiene poco o nada qué ver con el colectivo que trabaja en los foros programáticos anunciados por Sheinbaum en diciembre. A este último, que tiene que buscar interlocución con empresarios y sectores no morenistas, quizá no le parezca tan oportuna la propuesta de AMLO para reformar las pensiones.
Pero el Presidente seguirá con su iniciativa y dejará sus recomendaciones. Y habrá en el lopezobradorismo quien las tome al pie de la letra, y quien crea que hay que dejar a Claudia hacer su propia lista. A ver cómo se pone el pleito.
