Salvador Camarena: Narcos México, El Padrino

La historia de que el exsecretario de la Defensa está coludido con el 'narco' suena poco creíble
La historia de que el exsecretario de la Defensa está coludido con el 'narco' suena poco creíble
Salvador Cienfuegos (centro)La historia de que el exsecretario de la Defensa está coludido con el 'narco' suena poco creíble
Especial
autor
Salvador Camarena
Periodista
2020-10-19 |06:47 Hrs.Actualización06:47 Hrs.


Memorándum

Asunto: rechazo de guion por serias inconsistencias.

Queridas y queridos guionistas de la DEA:

Revisamos con atención su propuesta de historia para una nueva temporada de Narcos. Por desgracia, el proyecto que presentan no se sostiene, es un relato que ni en México (que consume sin hartarse culebrones con los mismos tres guiones) va a ser vendible.

En un principio, su guion nos entusiasmó. Hay que tener arrojo para llamar El Padrino al nuevo protagonista del narco en México. Gran idea instalar ese sobrenombre, una marca señorial mundialmente reconocida, en un país donde peligrosos criminales luego tienen apodos, digamos, pueriles: la Barbie, el Chapo, el Señor de los Cielos…

Pero fuera de eso, de apelar a la existencia de un capo de capos desde lo más alto del gobierno y asignar tal rol al mismísimo secretario de la Defensa de Enrique Peña Nieto, con los detalles de la historia, como se dice en México, se les fue haciendo bolas el engrudo.

Un reto mayúsculo para nuestros guiones de narco mexicano es que en ese país todos, desde los periodistas más novatos hasta los sacerdotes de pueblo, pasando por actrices que luego se creen su personaje, se asumen como expertos en cárteles y crimen organizado. Así que si algo sobra en México son las historias inverosímiles –algunas ciertas, muchas fantasiosas– sobre narco y poder.

Pero vamos a los detalles. ¿Ustedes plantean que alguien que tuvo bajo su mando absoluto a 200 mil soldados, es decir, el cuerpo gubernamental más grande, compacto y leal de todo México, con cuarteles en todo el territorio, aviones, helicópteros, tanques y con el mayor disfrute de opacidad posible, un día decidió aliarse con el jefe de un cártel que ya vio sus mejores días en cuanto a poderío, para jugar al narco? ¿Y encima en Nayarit, un estado que, all due respect, estaría mejor si fuera parte de Jalisco, o incluso de Sinaloa?

Ok, quizá para fines narrativos, El Padrino inicia coptando a un narco emergente, pero ¿por qué luego no se sentó en la mesa de los grandes capos? ¿Decide no hacerlo? ¿Quiso jugar al narco para no ser jefe de jefes? ¿Cuando ya era secretario de la Defensa ambicionaba un papel segundón? Y los cárteles rivales, ¿no iban a denunciar y repeler a ese nuevo y gran rival? Come on! Échenle ganas.

Y qué hacemos con otros huecos. Ejemplo: No necesitaba ser narco. ¿Saben cuántos millones de dólares podría ganar un general secretario por hacerse de la vista gorda? ¿Con acordar –a la antigüita– paso franco a mercancías de los grandes cárteles? Además, ese dinero tendría que ser mucho mayor que las tajadas de moche que con sólo rasurar el presupuesto de Sedena ($81 mil millones en 2108) pudo obtener el general secretario sin comprometer su vida en un negocio de sangre o su libertad en una cárcel gringa. ¿Qué no se acuerdan lo que nos contaron sobre un gobernador mexicano que, ufano, decía que de loco se metía con “el narco cuando podía meter las manos a las arcas”?

¿Y cómo fue que decidió en 2015 volverse narco? ¿Se hartó de ver dos años de corrupción en las casas blancas y las de Malinalco, en Gobernación con los fondos policiacos, en las estafas maestras por todos lados, de Lozoya en Pemex y dijo, “qué-haré qué-haré, ah, ya sé, pues me vuelvo narco y me apodaré Zepeda o El Padrino. Chingón”? No manchen. Hasta la Biblia hizo más creíble la conversión de Saulo en el camino de Damasco.

Otros plot twits que su guion pasa de largo negligentemente. Desde tiempos de Calderón la Marina Armada tiene fama de menos corrupta o menos coptable por el crimen organizado, como ustedes gusten. Y de profesionales.

Really? ¿Ustedes plantean que el almirante Soberón no sabía quién era Cienfuegos, su compañero de viaje sexenal, con quien daba conferencias de manera conjunta? Creánme, Soberón no es tonto, ¿ustedes están implicando que es corrupto o al menos omiso? Fue precisamente la Marina quien despachó al otro mundo al narco que ustedes dicen que corrompió al Padrino: ajá, y de verdad pretenden creíble que la inteligencia de la Marina no iba a descubrir que “ups, abatimos”, como dicen ellos, “al socio de mi general secretario, así que mejor nos hacemos weyes”. Jo.

Y finalmente, el Cisen. Está bien, era de Osorio, pero es el Cisen. ¿Nunca supo nada? ¿Nada? Ni México es tan chafa.

¿Y el presidente Peña? ¿Fuera de un negocio corrupto? Quién les va a creer.

Un guion funciona igual que el Jenga, puedes manosear todas las piezas que gustes mientras no quites aquellas que comprometan el equilibrio del conjunto. Al de ustedes, hasta un niño de 6 años descubriría que sin más pruebas, de corrupción o narco, nomás no se sostiene.