Salvador Camarena: La austeridad viaja en jet

Una decena de senadores panistas subieron fotos a redes sociales de la toma de protesta de Yunes
Una decena de senadores panistas subieron fotos a redes sociales de la toma de protesta de Yunes
¿Turismo?Una decena de senadores panistas subieron fotos a redes sociales de la toma de protesta de Yunes
Facebook Mariana Gómez del Campo
autor
Salvador Camarena
Periodista
2016-12-06 |08:10 Hrs.Actualización08:09 Hrs.

En el verano del año pasado, la clase política quiso venderle a los mexicanos la idea de que el de 2016 sería un “presupuesto base cero”.

Una nota de El Financiero (http://bit.ly/1DMYCI7) explicaba que, entre otras cosas, un “presupuesto base cero” supone “que cada unidad decisoria, en este caso cada organismo federal, justifique con detalle la totalidad de sus necesidades para todo el año con objetivos y metas definidas. También identifica métodos alternativos y eficientes en el empleo de recursos limitados para lograr las metas”.

Al calor de esa información, el analista Jorge Suárez Vélez publicó que “el reto de un presupuesto base cero está en que para que funcione tiene que haber una transformación cultural. Tiene que cambiar la relación entre burócrata (o funcionario público) y ciudadano, la consciencia de que existe la obligación de rendir cuentas por cada peso gastado, pues los recursos provienen del contribuyente. Es indispensable que el jefe predique con el ejemplo”. (http://bit.ly/2h8Vk7P)

El jefe, y por supuesto los jefes estatales, agrego yo. Porque los estados estiran la mano a la Federación.

Eso fue el verano pasado. Luego vino este año, y con él los escándalos de los despojos, abusos, endeudamientos, fraudes, gastos opacos, dispendio, etcétera, en diversas entidades. En las elecciones de este año, en casi todos los estados los ciudadanos castigaron esos excesos cambiando al partido en el gobierno. 

Y a pesar de ello, el cambio cultural del que hablaba Suárez Vélez no se ve por ningún lado. 

Para muestra, unos viajes.

Piensen en Baja California Sur. Una entidad que en 2016 ha vivido un repunte de violencia. Qué demonios hacía el gobernador de ese estado la semana pasada en la toma de posesión de Miguel Ángel Yunes, en Veracruz. Qué se le perdió a Carlos Mendoza Davis en Xalapa, a más de cinco horas de vuelo de La Paz. ¿Qué beneficio para los ciudadanos de BCS puede tener ese gasto?

Ese gasto y el de los mandatarios Miguel Ángel Mancera (CDMX), Graco Ramírez (Morelos), José Rosas Aispuro (Durango), Silvano Aureoles (Michoacán), etcétera, que también andaban en Xalapa. 

Es más, no hay manera de justificar siquiera la presencia de los gobernantes de las entidades vecinas de Veracruz.

Porque la asistencia de mandatarios a una toma de protesta pertenece a una ritualidad obsoleta por inútil e insultante por gravosa. 

Y Veracruz es sólo un ejemplo, porque cosa parecida ha ocurrido en semanas recientes en Quintana Roo, Durango, Tamaulipas, etcétera. 

¿Qué creerán los gobernantes, que los ciudadanos que cotidianamente padecen carencias en hospitales y servicios públicos, no son capaces de sumar dos más dos y concluir que ese dispendio –gasto excesivo e innecesario– corre por cuenta de ellos, de los contribuyentes?

Y si lo de los gobernadores cuesta trabajo entenderlo, lo de los senadores no tiene nombre. 

En Veracruz había una decena de senadores panistas, que en el colmo de la indolencia frente a sus electores (es un decir, porque los electores de muchos de esos senadores son sus partidos, no los ciudadanos), hasta subieron fotos a las redes sociales sobre su turismo, porque eso trabajo no es. De remate, legisladores (es un decir) como Mariana Gómez del Campo ese mismo día fue a Aguascalientes a otra toma de protesta. Sería interesante saber qué línea aérea posibilita tan eficiente traslado Xalapa-Aguascalientes. ¿O voló en jet privado?

El presupuesto de 2017 viene recortado. Guarden este párrafo: gane quien gane en Edomex, Coahuila y Nayarit, el voladero de gobernadores (y senadores) a las respectivas tomas de posesión en esas entidades ocurrirá con un presupuesto austero, responsable y republicano como nunca. ¿Apostamos?