Salvador Camarena: Hay tiro… y beneficia a AMLO

AMLO requiere de una oposición que legitime sus triunfos, y si encima llega dividida, pues mejor
AMLO requiere de una oposición que legitime sus triunfos, y si encima llega dividida, pues mejor
En las elecciones.AMLO requiere de una oposición que legitime sus triunfos, y si encima llega dividida, pues mejor
Cuartoscuro
autor
Salvador Camarena
Periodista
2022-06-10 |07:10 Hrs.Actualización07:10 Hrs.

Hoy se confirma que el mejor escenario para Andrés Manuel López Obrador fue perder dos de las seis gubernaturas que estuvieron en juego el domingo pasado. Porque, a diferencia de sus opositores, él sabe cómo aprovechar ese marcador.

Por principio, ese resultado desmonta cualquier acusación que se le quiera hacer al Presidente por el abuso de recursos públicos en que su gobierno y colaboradores hubieran incurrido durante las recientes campañas electorales.

Si la oposición ganó en dos estados, e incluso fue competitiva en un tercero como Tamaulipas aunque al final la alianza ahí perdiera, entonces el gobierno puede decir que el juego fue limpio, que tan es democrática e incluso equitativa la competencia electoral hoy en México que candidatos de su movimiento pierden y desde el poder federal no se tuerce tal resultado.

No llegaría al extremo de decir que esas derrotas son bien vistas por el mandatario, pero es obvio que sabe sacarles toda la raja.

Para empezar porque esos descalabros no representan para el tabasqueño afrenta alguna. Con el debido respeto, Aguascalientes forma parte de un Bajío rejego a la izquierda y no reviste importancia estratégica –no tiene puertos, petróleo, litio, frontera, turismo en gran escala, etcétera, y de Durango se puede decir prácticamente lo mismo–.

Encima, Morena perdió donde antes había perdido el PRI. Así que le duele menos.

Tras la derrota, AMLO sabrá qué revisar para corregir en padrones de programas sociales y en comunicación en el territorio, no quepa de ello la menor duda, a fin de cosechar más votos en 2024.

Pero, de saque, son derrotas legitimadoras de triunfos en estados que por su simbolismo –Oaxaca e Hidalgo, éste un bastión tricolor que por primera vez verá la alternancia– o por su visibilidad turística (Quintana Roo) o por el nivel de resistencia que el gobernador de oposición había dado a la Federación, encima en un espacio estratégico en términos de puertos fronterizos como es Tamaulipas, sí eran políticamente esenciales para argumentar que el momentum lo tiene el oficialismo y no la oposición.

Así que el 4 a 2 es un marcador que el Presidente, estudioso de las encuestas como pocos, no sólo ya había descontado, sino que utilizará para corregir y afianzar. Todo lo contrario con la oposición.

Los aliancistas fueron rápidos para decir desde el domingo que sus dos triunfos eran señal del éxito de su estrategia de unidad y que, por tanto, de cara a la elección presidencial, “hay tiro”. Mas al correr de los días PRI, PAN y PRD han fallado al tratar de argumentar que las derrotas en cuatro gubernaturas pueden ser aprovechadas para relanzar el frente opositor.

No hay mejor muestra de lo anterior que la salida en falso de los opositores al dar a conocer este jueves que esa oposición declara una moratoria constitucional en el Congreso.

Ese anuncio ha encontrado resistencias en parlamentarios opositores que reclaman no haber sido consultados sobre la decisión de las dirigencias.

Si había un momento para demostrar que la oposición funciona de manera cohesionada, que tienen la fortaleza que surge de la unidad, era tras las cuatro dolorosas derrotas del domingo.

En vez de ello, los líderes nacionales hicieron una declaración que rápidamente fue repelida desde el Senado de la República, donde voces legislativas de la oposición reclamaron no sólo el no haber sido consultados, sino la pertinencia de la decisión misma.

La alianza busca que haya tiro, y AMLO es el más contento por eso. Requiere de una oposición que legitime sus triunfos, y si encima llega dividida, pues mejor.