Salvador Camarena: El Presidente tlayuda

El presidente AMLO fue muy cuestionado en redes sociales por publicar un video durante su gira
El presidente AMLO fue muy cuestionado en redes sociales por publicar un video durante su gira
La tlayuda.El presidente AMLO fue muy cuestionado en redes sociales por publicar un video durante su gira
Video AMLO
autor
Salvador Camarena
Periodista
2021-05-10 |07:01 Hrs.Actualización07:01 Hrs.

Andrés Manuel López Obrador ha hecho de su presidencia un prolongado acto nacional sobre sí mismo, no sobre el país. 

México soy yo, dice cada mañana desde Palacio y lo mismo cada fin de semana en alguna gira. Ergo, si yo estoy animado, en la nación no cabe otro sentimiento. Lo cree. Lo decreta. Y en ese acto margina no sólo a una República diversa y con complejos retos, sino que invisibiliza a las víctimas de las calamidades –estructurales unas, coyunturales otras– que afectan a la población. Es una actitud que desprecia a los pobres, primero que a nadie.  

Este fin de semana centenas de personas de Tláhuac y del suroriente del Valle de México no tuvieron vida normal. El lunes una trabe atropelló su rutina y les partió la vida en dos. Antes y después del 3 de mayo de 2021 nada será igual para las familias de quienes viajaban en los vagones que colapsaron en la Línea 12. En contraste, el viernes, y quitado de la pena, el primer mandatario se fue de gira, que incluyó su tradicional cita culinaria. La cotidianeidad del máximo responsable nacional no resultó impactada por la tragedia capitalina.

Cada día mueren a manos de la violencia muchos más mexicanos que los fallecidos en las proximidades de la estación Olivos. Y la pandemia, aun en estos días de “menor riesgo”, siega en 24 horas 10 veces más vidas que la tragedia del lunes.

Frente a esas calamidades –una estructural como es la violencia, y las otras circunstanciales–, el gobierno de López Obrador responde con idéntico guión y desdén. Unas cuantas palabras sobre los “lamentables decesos”, y a darle al único tema que le interesa a Andrés Manuel: su persona, su proyecto político. Dos cosas que son una misma.

Y para defender ese proyecto, es decir a sí mismo, el Presidente eliminará sin titubeos toda cosa que pueda disputarle espacio mediático; se llamen Brandon y sean un adolescente muerto en el Metro, o sean una mujer desaparecida en Oaxaca a manos de políticos.

Porque nada ni nadie valen tanto como para hablar de ellos en vez de dedicar la mañanera al sueño del Presidente de hacer de México un país que sólo se parezca a lo que él dicte.

Luego de la tragedia de Tláhuac del lunes, y lejos de procurar a las víctimas de ese percance, el Presidente enfocó sus baterías lo mismo en la prensa que en organizaciones de la sociedad civil. López Obrador hizo eso no sólo para distraernos del percance y sus inevitables consecuencias políticas. Su verdadera motivación radica en algo aún más pernicioso.

Al cargar contra los medios de comunicación y contra actores independientes busca evitar, cueste lo que cueste, que la prensa y la sociedad civil organizada logren resonancia al exponer, en este caso, que en el Metro ocurrió todo menos un hecho de causa divina. Amedrentar al mensajero es crucial para que la indignación cunda menos, para evitar hoy y en el futuro todo tipo de rendición de cuentas.  

Es un intento pueril. Terremotos, inundaciones, explosiones como la de San Juanico o Guadalajara, y percances como los del Metro han sido momentos que generan más ciudadanía antes que más feligresía. Al descalificar cuestionamientos de periodistas, lo que AMLO pretende es que Tláhuac no sea, como tragedias similares, un despertar de conciencias.

Pretende un control de daños donde las víctimas de la Línea 12 sean su proyecto, sus tapados y sus candidatos el 6 de junio, mas no los pobres que él prometió cuidar como nadie. Para ellos, generoso pregunta, ¿gustan tlayudita?