Salvador Camarena: De 'Jolopo' para EPN, qué decir ante EU

El presidente Enrique Peña Nieto invitó a Donald Trump a Los Pinos durante la campaña presidencial del magnate
El presidente Enrique Peña Nieto invitó a Donald Trump a Los Pinos durante la campaña presidencial del magnate
Buen vecino.El presidente Enrique Peña Nieto invitó a Donald Trump a Los Pinos durante la campaña presidencial del magnate
Cuartoscuro
autor
Salvador Camarena
Periodista
2016-12-08 |08:29 Hrs.Actualización08:30 Hrs.

Como no sabemos qué día de estos amanecemos con la nueva de que el presidente Enrique Peña Nieto ya vio o va a ver a Donald Trump, dejo aquí extractos de un discurso de un mexicano ante Estados Unidos, igual y alguien en Los Pinos no anda en el reto del guacamole.

“Busco entendimiento, equilibrio y respeto.

“Ofrezco nuestra buena voluntad, que sabemos es buena porque, en nuestra circunstancia, estamos dispuestos a tratar como quisiéramos ser tratados aun en el cambio de circunstancias. Yo sé que esa es la regla de oro que vale entre los hombres y entre las naciones. Respetándola, podremos ser mejores y superar la otra ley, la que pretende que el que tiene el oro hace la regla. Sobre esta última se ha construido el mundo de los arbitrarios. Sobre la primera, el mundo de la democracia, que es el de los justos.

“Nosotros distamos mucho de ser poderosos. También es difícil ser vecino de alguien tan fuerte. Hay dos riesgos graves: uno, la arrogancia, fácil pero estéril; otro, la sumisión, fácil pero abyecta.

“Hemos escogido el difícil camino de la dignidad, fundada en la libertad, que queremos mantener, y en la responsabilidad, que deseamos asumir.

“Para uno de los extremos de nuestra geometría ideológica, mi presencia aquí significa que vengo a recibir las instrucciones del imperio; para el otro extremo, que vengo a allanar el camino de los negocios fáciles y desnacionalizados.

“Yo afirmo que vengo ante ustedes, como el Presidente Constitucional de mi país, en un momento para nosotros crítico e importante, a plantear nuestra realidad como problema.

“Quisiera se entendiera nuestro planteo democrático: Antes que la igualdad de oportunidades, tenemos que garantizar la igualdad de seguridades, porque hay en nuestra realidad punzantes desigualdades por falta de capacidad real. Y aquella seguridad, que lo es ante los riesgos elementales de la vida, el hambre, la insalubridad, la ignorancia, el desamparo, sólo la puede otorgar el Estado como un servicio. A eso, sencillamente dicho, llamamos justicia social, la que debe una sociedad a cualquier hombre que la integra con independencia de su capacidad para remediarla. 

“Mi pueblo cree que las insuficiencias nacionales sólo se remedian por el camino de la participación soberana, libre y responsable, que se comprometa en obligaciones y derechos, en foros establecidos.

“Vivimos una común realidad. Hagamos de sus contradicciones, expresión consciente, franca y racional de problemas. Así avanzaremos en una solución que a ambos convenga. Los tenemos en la relación de personas y en el intercambio de bienes y servicios. Unos lícitos y otros que no lo son.

“Con respecto a México se estableció desde 1933 por el gran presidente Roosevelt una política especial, cuando dijo: “En el campo de la política mundial, dedicaré esta nación a la política del buen vecino –vecino que resueltamente se respeta y por ello respeta los derechos de los demás–, el que respeta sus obligaciones y la santidad de su compromiso en y con un mundo de vecinos”. Sin embargo y por recientes acontecimientos, afloraron con crudeza y despliegue publicitario sin precedente, incidentes que en otras circunstancias hubieran quedado circunscritos a la labor de embajadas y que ahora pasan a la atención del público norteamericano, en ocasiones con particular virulencia y no siempre con objetividad.

“A México le corresponde resolver sus problemas y a ustedes examinar aquellas decisiones que puedan afectar o menguar nuestros esfuerzos de desarrollo y, sobre todo, el ideal político que anima la convivencia internacional”.

Presidente José López Portillo, en la Sesión Conjunta del Congreso de Estados Unidos, febrero de 1977.

Fuente: http://www.memoriapoliticademexico.org/Textos/6Revolucion/1977DCE.html