Salvador Camarena: AMLO, sus primeras palabras nacionales

Cuánto se parecen algunas palabras, y cuánto difieren las actitudes a 35 años de distancia
Cuánto se parecen algunas palabras, y cuánto difieren las actitudes a 35 años de distancia
En otros tiempos...Cuánto se parecen algunas palabras, y cuánto difieren las actitudes a 35 años de distancia
Cuartoscuro
autor
Salvador Camarena
Periodista
2023-08-02 |07:28 Hrs.Actualización07:27 Hrs.

"No tengo enemigos en Tabasco, no quiero tenerlos. A partir de ahora voy a tener adversarios, contendientes. Pido urbanidad política, elevar el nivel del debate. Todo en beneficio del pueblo. Hagamos un esfuerzo, para contribuir con actitudes serias, responsables, a perfeccionar la democracia”.

Son frases de la que seguramente es la primera entrevista nacional, como político con ambiciones electorales, de Andrés Manuel López Obrador. Esa declaración fue publicada en La Jornada, el 30 de julio de 1988, con llamado –foto incluida– en primera plana. 

La foto de quien 30 años después llegaría a la Presidencia de la República tiene un pequeño título: DESTAPE, dice en letras mayúsculas y en cursivas. La tomó el fotorreportero Raúl Ortega. Y la entrevista fue realizada por Azucena Valderrábano y el encabezado dice: En Tabasco, primer candidato cardenista para gobernador. 

Eran tiempos vibrantes. No hacía ni cuatro semanas que la bartlettiana caída del sistema provocó una enorme crisis política ante la duda de quién ganó las elecciones presidenciales, Carlos Salinas de Gortari o Cuauhtémoc Cárdenas

El hijo del general había impulsado por años la democratización del PRI, del que terminaría saliendo para retar a su expartido en una de las elecciones más polémicas de la historia reciente. Después de los comicios, ocurridos el 6 de julio, inició un nuevo movimiento al que AMLO se integró. 

La entrevista puntualiza que hasta un día antes, López Obrador había sido priista, pero que a partir de ese momento se sumaba a lo que entonces se denominaba sólo como cardenismo (en 1989 juntos fundarían el PRD).

“El país ha vivido un proceso democratizador extraordinario, hay que respetar la voluntad popular. Aquí no está de por medio el interés de grupos, de personas, el ansia de poder, sino otorgar poder decisorio al pueblo”, le declara Andrés Manuel, de 34 años, a Valderrábano. Pueblo es una palabra que destaca en casi todos los entrecomillados de esa charla periodística.

“Creo que dentro del PRI hay gente honesta, gente que confía en la posibilidad de los cambios internos. Es respetable su decisión, pero considero que debe ser muy difícil para ellos seguir manteniendo esa actitud a pesar de que el pueblo reclama más democracia, a pesar de que hombres de larga y limpia trayectoria ven cómo se les desplaza por intereses de grupo”, dijo en otro momento de la entrevista. 

Valderrábano destaca que está ante alguien que como priista había intentado democratizar al PRI tabasqueño al formar –de enero a agosto de 1983, cuando dirigió estatalmente al tricolor– miles de nuevos cuadros, esfuerzo interrumpido de golpe por el gobierno de Enrique González Pedrero. 

“Buscamos democratizar al partido. Se formaron alrededor de 6 mil dirigentes de base. El partido tuvo una época de movilidad. Desafortunadamente este proceso se frenó bruscamente. Llegó el momento de mi renuncia cuando del partido pasaron a la Oficialía Mayor del gobierno estatal. Sólo duré 24 horas ahí. Luego renuncié”. 

-¿Va a ganar el cardenismo en Tabasco?

-Eso lo va a decidir el pueblo. Desde luego vamos a participar con optimismo, subrayó finalmente. 

La reportera destaca otra característica de su entrevistado: era escritor, tenía ya dos libros publicados: Los primeros pasos 1810-1867 y Del esplendor a la sombra. La República Restaurada. Tabasco 1867-1876.

En una mañana en la hemeroteca me topé accidentalmente esta entrevista, donde el político que estaba a punto de enrolarse en la campaña por la gubernatura tabasqueña pedía a sus contrincantes –que no “enemigos” y “en beneficio del pueblo”– “urbanidad política”.

Cuánto se parecen algunas palabras, y cuánto difieren las actitudes a 35 años de distancia.