Es muy pronto para saber si el plan de paz para Michoacán que presentó la presidenta Claudia Sheinbaum funcionará. Pero definitivamente fracasará si no contempla la decisión de excluir de la solución, de manera terminante, la cohabitación con los grupos de autodefensa, que provocaron que un plan prácticamente idéntico que anunció en 2014 el presidente Enrique Peña Nieto para ese estado, naufragara. Este punto, que ni se incluye ni se excluye en el plan de Sheinbaum, es quizás el elemento más importante si se quiere tener posibilidad de éxito, por ser la lucha más sórdida de la narcopolítica en el estado, que le costó la vida a Carlos Manzo, el alcalde de Uruapan.
Manzo, con base en la información que han recolectado las áreas de seguridad federal desde el sexenio pasado, quedó atrapado en la disputa entre Los Viagras, que nacieron de los grupos de autodefensa impulsados por el gobierno de Peña Nieto en 2013 –algunos ligados al cártel de los hermanos Beltrán Leyva–, y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que nació de la evolución del Cártel del Milenio, una escisión del Cártel de Sinaloa, encabezado por los hermanos Valencia. Los primeros controlan la extorsión de limoneros y aguacateros; los segundos tienen bajo su control Uruapan, la capital mundial del aguacate.
Los Viagras tienen relación orgánica con el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, de acuerdo con la información de inteligencia del gobierno federal, y forman parte de Cárteles Unidos –tres de sus familiares forman parte de esa organización–, que en las elecciones de 2021 trabajaron a su favor para que llegara al poder estatal. Los Viagras, con Ramírez Bedolla detrás, están buscando el restablecimiento formal de los grupos de autodefensa, que les daría la cobertura legal para retomar el dominio en las regiones que controlan. En la actualidad, la ley no les permite operar como grupos armados autónomos, ni fuera del marco de las fuerzas de seguridad federales, al que se tuvieron que someter en 2014, cuando comenzó el desarme de las policías comunitarias.
En la búsqueda de ese objetivo, Manzo era un estorbo, porque no tenía vínculos con ninguna organización criminal y buscaba que el gobierno federal entrara en su apoyo para combatirlos. El gobierno de Sheinbaum no lo hizo; lo abandonó. Sin embargo, Manzo no se detuvo, y su presencia estaba creciendo más allá de Uruapan. En la última encuesta sobre preferencias electorales para la gubernatura que se pondrá en juego en 2027, elaborada por la empresa Encuadra, Manzo tenía 44% de apoyo, contra 24% de Alfonso Martínez, el alcalde priista de Morelia, y 19% del senador de Morena Raúl Morón, cuya candidatura a la gubernatura en 2021 fue cancelada por el Tribunal Electoral por violaciones a la ley.
Manzo iba avanzando territorialmente. Se había planteado que su Movimiento del Sombrero tuviera representación en cada uno de los 113 municipios de Michoacán, y se estaba perfilando para ser el siguiente gobernador. Ramírez Bedolla era su enemigo porque quiere imponer a Gladyz Butanda, secretaria de Desarrollo Urbano, como la candidata de la continuidad y su sucesora. Butanda no figura en las preferencias, como tampoco Gabriela Molina, secretaria de Educación, a quien respalda Lázaro Cárdenas, jefe de la Oficina de la Presidencia. Morón, enemigo de Ramírez Bedolla, está fuertemente apoyado por Leonel Godoy, diputado y también exgobernador, cuyo hermano Julio César, que desapareció en 2009, tenía lazos con La Familia Michoacana, cuyos remanentes fueron absorbidos por Cárteles Unidos. Los dos tenían una campaña contra Manzo.
En la ecuación político-electoral-criminal, el alcalde ejecutado no cabía. Su eventual gubernatura significaba un problema para todos los cárteles en su lucha por controlar los negocios criminales en Michoacán, cuyo mapa delictivo se divide en tres grandes regiones: la costa del Pacífico y los linderos con Colima, donde se ubica el contrabando de minerales, controlado por Cemeí Verdía Zepeda, que fue el coordinador de las autodefensas en Aquila, Coahuayana y Chinicuila, que también quiere que resurjan las policías comunitarias. En la región limonera, cuyo corazón es Apatzingán, Los Viagras tienen el dominio. Y en la aguacatera, donde todo gravita alrededor de Uruapan, está el CJNG, que tiene sus talleres de fabricación de drones en esa zona, manejados por Miguel Ángel Gallegos, El Migueladas, con viejos vínculos con las autodefensas de Tierra Caliente.
El asesinato de Manzo opacó por completo otro crimen que se cometió en la madrugada de ese mismo día. Alejandro Torres Mora, sobrino de Hipólito Mora, fue asesinado menos de 48 horas después de haber llegado a La Ruana, en Tierra Caliente, donde en 2013 se levantó en armas su tío al establecer el primer grupo de autodefensa. Mora fue asesinado en 2023, cuando le retiró el apoyo federal el expresidente Andrés Manuel López Obrador –principal apoyo de Ramírez Bedolla–. Su sobrino y su esposa fueron ejecutados dentro de su casa.
La Fiscalía General de Justicia de Michoacán informó que Torres Mora había sido abatido tras agredir a balazos a agentes de la Guardia Civil y del Ejército en La Ruana. Familiares de Torres Mora y vecinos señalaron que habían sido asesinados dentro de su casa por Los Viagras, que también habían ejecutado a Hipólito Mora. Personas que conocen la evolución de la narcopolítica en Michoacán sugirieron que los dos crímenes estaban conectados.
Al desaparecer Manzo del mapa electoral para 2027, quién capitalizará el apoyo que tenía es algo que no puede anticiparse. Lo que sí puede hacerse, y es importante que se haga, es que el gobierno de la presidenta Sheinbaum impida que las fuerzas criminales y políticas que están empujando por la legalización de las autodefensas como mecanismo para contener la violencia y lograr la pacificación del estado, logren su cometido, pues esa no es la salida sino la vía rápida al fracaso. El gobierno de Peña Nieto estimuló el surgimiento de los grupos de autodefensa para aniquilar a Los Caballeros Templarios, surgida de las cenizas de La Familia Michoacana, y ni la violencia se contuvo, ni la paz llegó. El gobierno de López Obrador, por sus acciones, fortaleció al crimen organizado en Michoacán. Sheinbaum quiere hacer las cosas diferente. Lo principal que podría hacer en esta primera fase es impedir la construcción del camino para el resurgimiento de los grupos de autodefensa, que empoderaría a Los Viagras a costa de su derrota.
