Pedro Kumamoto: Detener la crisis ambiental, un sueño generacional

Jalisco es uno de los principales estados que más ha sufrido incendios forestales
Jalisco es uno de los principales estados que más ha sufrido incendios forestales
Los bosques.Jalisco es uno de los principales estados que más ha sufrido incendios forestales
Nación321
autor
Pedro Kumamoto
Excandidato independiente al Senado por Jalisco
2021-05-11 |06:44 Hrs.Actualización06:44 Hrs.

El pasado fin de semana se incendió, una vez más, el Bosque de la Primavera, uno de los principales pulmones del Zona Metropolitana de Guadalajara. 

Esto es una catástrofe en términos ambientales y de salud para toda la población y sobre todo refleja una realidad que respiramos todos los habitantes de la ZMG: la indolencia en materia de medio ambiente. 

Para ser claros, tan solo desde 2018 la Conafor reporta que el Estado de Jalisco ha sufrido de 1,797 incendios forestales. Y lo peor, no han sido incendios menores ya que en este mismo periodo (de 2018 a la actualidad) el fuego (y la ineptitud) han consumido 146,935 hectáreas de terreno, situándonos en el top 5 nacional. 

Y si la indignación no cabe hasta allí, en 2019 el propio Estado de Jalisco rompió récord de área consumida por el fuego desde 1991, año en el que empezó el registro de la propia Conafor, con 72,268 hectáreas consumidas. 

Estos incendios que provocan contingencias atmosféricas cada vez que suceden también dejan un profundo daño social ya que impiden que actividades recreativas, deportivas y eventos culturales ocurrieran en la ciudad. Este panorama me llevó a platicar con María Centeno, talentosa música tapatía, sobre las fatídicas implicaciones de la crisis ambiental.

Hoy estamos ante una situación ambiental delicada que no se resolverá solo cambiando el partido en el gobierno, sino modificando el paradigma de lo que entendemos como política, gobierno y elecciones. 

Para lograrlo es importante que las y los jóvenes entren a la política y comiencen a tomar más decisiones. Es normal ver que le huyamos a lo político, que lo veamos como un lugar oscuro y lejano al cual no debemos acercarnos; pero, por el contrario, hay que asumirlo como un espacio en el que hay que entrar para resolver las crisis que enfrentamos como generación.

En el caso de María, hubo que cancelar una serie de eventos en los cuales tenía programado cantar. Nos comentaba con rabia cómo después de un año de no poder tocar en vivo por la pandemia de COVID -también causada por la depredación ambiental-, la primera vez que podría hacerlo tuvo que ser cancelada por un incendio forestal. Cuando parece que hemos superado una crisis, tenemos otra enfrente que también amenaza nuestra existencia misma: la ambiental.

Este fin de semana fue muy claro: si el ambiente no lo permite porque nos lo estamos acabando, no puede haber desarrollo, vida en común, cultura, ni deporte, ni salud. No podemos disfrutar la ciudad si no entendemos que la naturaleza no nos pertenece, sino que somos parte de ella y que sólo terminando con la lógica extractivista es posible mantener con ella una relación armónica que nos permita continuar con nuestra vida.

Los incendios pueden prevenirse si tenemos gobiernos responsables, honestos y preocupados por cuidar el bosque y no ver cómo hacer para fraccionar. Claro que necesitamos gobiernos eficientes, pero no sirve de nada si además no son sensibles a los retos que enfrentan, y no hay nadie más sensible a la crisis de futuro que hoy se vive que las juventudes.

Lo he dicho muchas veces: si no hacemos política, alguien la va a hacer por nosotros en nuestro nombre, y en el camino se tomarán muchas decisiones que afectarán directamente la vida de las personas. Es la política la que define si existe una ecoguardia que proteja nuestros recursos naturales, si existen procesos de reforestación para plantar un millón de árboles en diez años, o si se construyen corredores verdes para permitir el paso de la fauna en nuestra ciudad. Por eso es tan importante hacer política.

Es verdad: esa sensación de la ausencia de futuro es desgarradora. La crisis climática es evidente y se reafirma a diario: en nuestros bosques se queman, nuestros ríos que se secan y los animales que mueren. Pero es claro que la única forma de detener la crisis que hoy enfrentamos es si materializamos el sueño generacional de un futuro distinto al que hoy se vislumbra. 

Necesitamos con urgencia tomar decisiones valientes para asegurarnos de no prolongar las condiciones de la crisis, pero eso requiere que las y los jóvenes se organicen, se articulen, participen y ocupemos los espacios de toma de decisiones. Ya es momento.