La politización de la migración y los riesgos de la extrema derecha

Desde hace varias semanas cientos de migrantes piden al gobierno mexicano transitar libremente
Desde hace varias semanas cientos de migrantes piden al gobierno mexicano transitar libremente
Protestas.Desde hace varias semanas cientos de migrantes piden al gobierno mexicano transitar libremente
Cuartoscuro
Alejandra Soto
Internacionalista. Analista de política y gobernanza.
2019-09-10 |07:57 Hrs.Actualización07:57 Hrs.

Los flujos de migrantes que buscan llegar de Centroamérica a Estados Unidos han acaparado buena parte de la atención mediática de los últimos meses. 

Pero, si bien los medios hacen eco de la emergencia y las reacciones del Gobierno federal, de la oposición, de la sociedad civil organizada y de la ciudadanía, parece que no se ha profundizado lo suficiente en el estudio de los factores estructurales que definen el momento actual en la materia. 

Esto abona a reacciones desmesuradas desde la población que exacerban la polarización existente.

Es importante revisar la historia y lo que ocurre en el exterior para ubicar la situación de México en el contexto internacional. En este sentido, lo que sucede en el país se circunscribe a tendencias globales de movimientos nacionalistas de distinto tipo, así como a una ola de populismo que ha resurgido con fuerza en la última década.

Hoy, la coyuntura politiza y magnifica el sensible tema de la migración, cuya complejidad, además, será cada vez mayor, pues se están sentando las bases para que México se convierta en país receptor y no solo de tránsito de migrantes. De ahí que no se descarte que la oposición articule, alrededor del fenómeno migratorio, una nueva plataforma de extrema derecha populista.

Cabe la posibilidad de que, pasados los tiempos electorales en Estados Unidos y México, se atemperen los ánimos de la población y se reduzcan los espacios de intolerancia creados en un tenor político. 

Asimismo, los errores de Morena en el gobierno federal podrían proveer material suficiente para que la oposición articule una plataforma sólida —en términos políticos y electorales— que haga contrapeso al partido en el gobierno. 

No obstante, las recientes declaraciones de algunos empresarios y políticos de derecha, dejan entrever que no se desperdiciará la oportunidad de lucrar con el enojo social derivado del fenómeno migratorio. A la oposición le urge una plataforma y, a la fecha, no existe oferta para la creciente demanda política de la población inconforme con la llegada de migrantes.

Ante las perspectivas de nuevas expresiones políticas y ajustes en los partidos existentes, es más pertinente que nunca tomar conciencia y fomentar discusiones serias sobre los efectos negativos del populismo y la intolerancia. 

De no ser así, existe el riesgo de que la demagogia y sus lugares comunes se perfilen —en un movimiento populista de extrema derecha— como la respuesta a los errores del actual Gobierno y los que le precedieron.

Ante la falta de empatía y visión de futuro —tanto de los liderazgos políticos, como de la ciudadanía en general— es fácil recurrir a un discurso que da la espalda al mundo y culpa al migrante, al comercio o a la globalización, de los males del presente. 

Pero los problemas más retadores para la humanidad — como el cambio climático, la migración o las disrupciones tecnológicas— son de escala global, por lo que su solución requerirá del entendimiento y trabajo en conjunto entre las naciones, no de su antagonismo.