Jorge Castañeda: Las cuentas de los muertos de Calderón/Peña

La ola de homicidios no ha disminuido, escribe Jorge Castañeda
La ola de homicidios no ha disminuido, escribe Jorge Castañeda
VíctimasLa ola de homicidios no ha disminuido, escribe Jorge Castañeda
Cuartoscuro
autor
Jorge G. Castañeda
Escritor
2016-11-23 |06:58 Hrs.Actualización06:58 Hrs.

Algunos denunciamos la guerra de Calderón desde que comenzó, hace casi exactamente diez años. Pensamos que le mintió a la sociedad mexicana, sobre todo en dos aspectos. 

El primero fue que México se convertía de manera vertiginosa en un país consumidor de drogas, y que era preciso detener esa marcha. Nada más falso entonces y hoy.

El segundo fue la violencia: según Calderón, México enfrentaba una espiral de violencia incontenible; había que declarar la guerra al narco para acabar con ella. Otra mentira. Fue la guerra de Calderón la que ocasionó la violencia, no al revés.

Por eso el ejercicio que a petición mía realizó Rafael Ch Durán, doctorante de ciencias políticas en la Universidad de Nueva York, con datos del INEGI desde 2007 hasta hoy, resulta de gran interés. Muchos hemos hablado de los muertos de Calderón (y ahora de Peña Nieto), culpándolos de los fallecimientos en México durante los últimos diez años, pero sin sacar muy bien las cuentas. Procuré construir un esquema sencillo, simplista quizás, de cuántas muertes mexicanas se deben a las políticas antidrogas, anticárteles, anticrimen organizado, puestas en práctica por Calderón/Peña, y cuántas a factores inerciales.

En ausencia de esas políticas, ¿qué hubiera sucedido? ¿Qué resultados ofrece el ejercicio contra factual?

Supongamos que en 2007 se hubiera detenido la tendencia descendente del número de homicidios dolosos por cien mil habitantes al año. Como se sabe, en 2004 y durante los primeros meses de 2007, México alcanzó la cifra más baja desde que se contabilizan los decesos de esa manera, llegando a 8.8 defunciones de esta naturaleza por 100,000 habitantes.

Como se sabe también, el total venía disminuyendo desde principios de los años 90. Supongamos asimismo que sin la guerra de Calderón/Peña, ya no hubiera seguido bajando la tasa, pero tampoco se habría elevado. 

Podemos deducir que la diferencia entre los hipotéticos homicidios dolosos proyectando la misma tasa de principios de 2007 a los siguientes diez años, y los que realmente sucedieron, es el costo en vidas mexicanas de la guerra. Son los muertos de Calderón/Peña.

Para 2016 el INEGI sólo ofrece datos del primer trimestre; simplemente los multiplicamos por 4 para obtener el total para todo el año (probablemente se subestime así la cifra final, ya que a lo largo de este año la violencia se ha disparado). Utilizamos datos del INEGI y no del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública porque las series son más antiguas, y más confiables. 

El gobierno evidentemente manipula los números del SESNSP. Si mantenemos la tasa al mismo nivel de principios de 2007, la diferencia entre los homicidios que observamos y los que no hubieran existido es de 105,281. 

Si recurrimos al promedio de homicidios dolosos de toda la administración de Fox, la proyección da 104,984 homicidios. Por último, si las tasas hubieran seguido descendiendo durante los siguientes años al mismo ritmo que antes (-3.2% al año), el total alcanzaría aproximadamente 115,000 muertos.

El rango entonces varía en unos diez mil homicidios, pero seguramente cuando dispongamos de los datos definitivos de 2016 y no una extrapolación, se reducirá. Podremos cerrar el cálculo en unos 110 mil homicidios dolosos durante los seis años de Calderón y los cuatro de Peña, por encima del número hipotético sin guerra. Ese fue su costo.

Para tener una idea: el doble de los muertos norteamericanos en la Guerra de Vietnam, entre 1965 y 1972.