Ixchel Cisneros: El resultado de la Guardia Nacional que nunca me imaginé

Ixchel Cisneros (derecha) abraza a una integrante del colectivo #SeguridadSinGuerra
Ixchel Cisneros (derecha) abraza a una integrante del colectivo #SeguridadSinGuerra
Triunfo.Ixchel Cisneros (derecha) abraza a una integrante del colectivo #SeguridadSinGuerra
Ixchel Cisneros
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Ixchel Cisneros Soltero
Directora de El Día Después y periodista
2019-02-22 |17:37 Hrs.Actualización17:37 Hrs.

Y sí, continuando con mi tradición de imitar en lugares públicos a María Magdalena, lloré en pleno Senado de la República. No podía dejar de pensar en mis hijos y en todas las veces que habíamos perdido. 

Por fin, saboreaba en esta lucha algo que era muy cercano a un triunfo. Así pues, las lágrimas de alivio, de felicidad, empezaron a correr por mis mejillas y vino un leve sollozo de tranquilidad.

Desde que me integré al colectivo Seguridad Sin Guerra y tomé como personal la lucha en contra de la estrategia de seguridad militarizada, han sido un par de años muy desgastantes pero también aleccionadores. 

Un estira y afloja constante donde pasamos de ser unos radicales de izquierda (cuando nos opusimos en 2017 a la Ley de Seguridad Interior) a unos conservadores de derecha (ahora con la oposición a la Guardia Nacional). Cuando por cierto, nosotros -a diferencia de los actores políticos- nunca hemos cambiado de postura: siempre (desde el sexenio de Calderón) hemos pujado por el retiro paulatino de las fuerzas armadas a la par del mejoramiento de las corporaciones de seguridad civiles.

Sí, el dictamen que se aprobó el jueves 21 en el Senado costó sudor, lágrimas, pleitos, jaloneos y negociaciones pero no nada más para integrantes del colectivo, seguramente las y los senadores tampoco la pasaron bien y tuvieron que dar, en un punto u otro, su manita a torcer. Pero ¿qué creen?, así es la democracia y eso es lo que significa ser un contrapeso a los otros poderes.

Lo que es un hecho es que el resultado nunca me lo imaginé. Casi se me cae la cucharada de cereal cuando en la mañana escuchaba a todas y todos los coordinadores de las bancadas del los partidos decir: estamos de acuerdo y votaremos esta minuta en total consenso. 

Y lo que estuvo todavía más impresionante fue el contenido del proyecto de dictamen, sustancialmente habían dejado fuera de la Constitución a la Secretaría de la Defensa Nacional, retomaron la recomendación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre la permanencia y uso de las fuerzas armadas, quitaron lo del consejo militar, obligaron a que quienes dirijan la Guardia Nacional rindan cuentas y le pusieron una fecha clara al retiro a sus cuarteles de las fuerzas armadas.

Ah, pero obvio no todo es miel sobre hojuelas, también está ese pequeño transitorio (segundo) donde dice que el Poder Ejecutivo (léase el presidente) designará al titular y ya nos avisó Andrés Manuel López Obrador que ahí quiere a un militar, y ese será otro round que nos tendremos que echar; además del tener bien vigiladitos al Ejército y Marina en los próximos 5 años donde seguirán realizando labores de seguridad pública.

El otro episodio será cuando nuestros legisladores construyan las leyes secundarias, igual estaremos vigilantes de que no pongan ahí cuestiones contrarias a lo aprobado.

Por cierto, antes de que empiecen las ofensas y jicarazos, quiero -nuevamente- aclarar que yo he votado en 4 ocasiones por Andrés Manuel López Obrador y por eso me siento responsable de sus acciones. Jamás voy a dejar de señalar lo que considero que va en contra de mis principios.

De verdad espero con todo mi corazón que esta propuesta sea el inicio de una estrategia integral de seguridad donde nuestras instituciones civiles se fortalezcan y podamos caminar hacia la paz, porque eso es lo que las y los mexicanos merecemos.