Las Encuestas

Sir Robert Worcester: Devolver a la profesión

El trabajo de Bob Worcester era admirable; sus charlas ilustrativas, su carisma notable y su visión sobre el papel de las encuestas en la democracia, siempre educativa.

Lo conocí por primera vez en 1990, cuando se celebró en la Ciudad de México una reunión regional de WAPOR, la Asociación Mundial de Investigadores de Opinión Pública.

Eran los inicios de mi experiencia profesional con las encuestas, a los 22 años de edad, así que conocer a Worcester en persona significó sumar a una figura ejemplar a mi lista temprana de rol models de la demoscopia.

Ese mismo año trabajé en el despacho de Miguel Basáñez y conocí a Ronald Inglehart, y tan sólo dos años después conocí a Elisabeth Noelle-Neumann y a Elizabeth H. Nelson, quien me dio la bienvenida a WAPOR como presidenta en turno, en mi primer congreso internacional en esa asociación.


Bob Worcester nació en Estados Unidos en 1933, pero se fue a vivir a Gran Bretaña en 1969, donde se volvió uno de los encuestadores más célebres e influyentes.

Fundador de MORI, Bob tuvo clientes comerciales y políticos, tanto laboristas como conservadores, y publicaba resultados de encuestas en la prensa.

“Worcester, con un acento reconocible, era un comentarista de medios muy respetado”, reportó el obituario de The Times el pasado 10 de septiembre.

Bob falleció el 5 de septiembre. Tenía 91 años.

Por supuesto que deja un enorme vacío en la profesión. “Para WAPOR, el fallecimiento de Sir Robert representa la pérdida de uno de nuestros líderes y campeones más distinguidos”, se lee en la nota In memoriam que difundió WAPOR hace unos días, hoy bajo el liderazgo de mi colega Christian Haerpfer.

Lo de campeón me pareció muy acertado. Era un “elocuente defensor de la investigación por encuestas”, como se leía en el obituario de The Times.

Ciertamente, el trabajo de Bob era admirable, sus charlas y conferencias siempre ilustrativas, su carisma y presencia marcadamente notables, y su visión sobre el papel de las encuestas en las sociedades y en las democracias siempre educativa.

Tuve el honor de recibir el premio Robert Worcester en dos ocasiones, un galardón que otorga WAPOR al mejor artículo académico publicado en el International Journal of Public Opinion Research cada año.

Sir Robert nos hizo entrega, a mí y a mis coautores, del prestigiado premio en los congresos de WAPOR en Berlín, en 2007, y en Chicago, en 2010, por los artículos que la revista nos publicó en los años previos.

Son reconocimientos que reporto en mi CV con orgullo, pero la huella de Worcester en mi propia experiencia y visión con las encuestas va más allá.

Podría decir que la interacción con Bob a lo largo de los años me dejó algo muy valioso, una especie de código no escrito, una serie de normas y expectativas sobre las encuestas, tanto públicas como privadas, una misión en la que la persona encuestadora no solamente recibe los beneficios de su profesión, sino que debe (y subrayo aquí el deber ser) devolver también a la profesión. “Give something back” o “in return”, creo que fue la frase que usó, o algo así.

Su defensa de las encuestas, sus libros, su liderazgo en las organizaciones internacionales, su docencia, su papel en promover las publicaciones científicas, su entusiasmo en formar nuevos talentos, su mirada vigilante de las metodologías, de los derechos y de las libertades de la industria encuestadora, su apoyo a la diseminación científica, su visión sobre la opinión pública y la democracia, todo ha abonado a ese devolver profesional.

Y esa frase, “devolverle a la profesión”, que le escuché hace muchos años, no ha dejado de acompañarme en esta travesía profesional. Ha sido un lema de convicción cada vez que formo parte de algún comité de revisión técnica, ética, de asuntos gremiales, o de revisión de casos de restricciones de derechos y libertades a nivel internacional.

Todas esas son actividades que rara vez se reportan en un CV, por lo profuso, y de las cuales casi nadie se entera excepto por los comités mismos, pero siento que han ido dejando una debida aportación que queda, que construye, que abona.

He tenido la fortuna de contar varios rol models profesionales, cada uno, cada una, con algo que aportar a mi visión, experiencia, trabajo e inspiración profesionales.

Ese principio particular de devolverle a la profesión lo recibí de Bob en algún momento y lo fue reforzando cada vez que lo veía de nuevo. Creo que tuve la oportunidad de decírselo en alguna ocasión, pero lo repito aquí porque, al ser parte de un código no escrito, un principio transmitido, un valor, lo dejo a consideración de las nuevas generaciones de la demoscopia: darle de regreso a la profesión es fortalecerla a futuro.

De los muchos legados que deja Bob, ese es uno que destaco por representar sentimientos combinados de fascinación, compromiso y respeto por y hacia la profesión. Mi agradecimiento, Bob.

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