En uno de los artículos más influyentes de la literatura académica en opinión pública, “La naturaleza de los sistemas de creencias entre el público de masas”, el politólogo Philip E. Converse argumentaba en 1964 que una buena parte del público norteamericano, más que concebir su entorno político en términos ideológicos abstractos, lo hacía bajo una lógica y con referentes que denominó “cercanos a casa”, o “close to home”.
El concepto de cercanía representaba una manera casual, acaso cotidiana, de ver los asuntos políticos, y no una óptica sofisticada regida por debates y posturas complejas de polos ideológicos bien definidos.
Otra manera de ver el concepto de “cercanía a casa” podría ser no tanto por la complejidad o sofisticación del asunto, sino por la literal cercanía de temas que preocupan, más que los que se perciben como lejanos.
La encuesta nacional que publicó EL FINANCIERO el pasado martes 1 de julio, sobre temas internacionales, revela que una buena parte de la población adulta en nuestro país se preocupa más por asuntos cercanos que parecen afectar más directamente a la gente, como lo que pasa en nuestro país vecino, que otros que, en apariencia, son más remotos, como los conflictos bélicos del otro lado del mundo.
Se podría argumentar que un conflicto bélico, por remoto que parezca, podría tener un impacto directo en el país, como lo que se comentó sobre un posible cierre del flujo petrolero por parte de Irán y sus implicaciones globales.
No obstante, al preguntar qué preocupa más, la mayoría de las personas entrevistadas mencionó temas como las negociaciones del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, o la migración y las deportaciones, mientras que una minoría mencionó los conflictos bélicos entre Israel e Irán o entre Ucrania y Rusia.
De acuerdo con la encuesta, el tratado comercial fue mencionado por 38 por ciento de las personas entrevistadas, mientras que las medidas contra los migrantes por parte del gobierno norteamericano las mencionó 32 por ciento, sumando entre ambos asuntos “cercanos a casa” 70 por ciento de personas que los ve con mayor preocupación.
En contraste, el conflicto Israel-Irán lo mencionó 15 por ciento, mientras que el conflicto Rusia-Ucrania lo mencionó un 10 por ciento.

De nuevo, podría argumentarse que un conflicto bélico del otro lado del mundo podría tener consecuencias cercanas a casa, pero la mayoría de las personas en el país se preocupa más por lo que sucede aquí al lado.
La encuesta revela un rasgo interesante de la opinión pública mexicana, su preocupación por lo que parecen ser temas o problemas más cercanos. Los conflictos bélicos, en particular el de Israel-Irán, del cual se supo sobre ataques aéreos por parte de Estados Unidos al momento de la encuesta, detonando una tendencia de “tercera guerra mundial”, simplemente no calaron tan hondo en las opiniones a nivel nacional.
Lo que sucede con migrantes sí, y lo que puede suceder con la zona comercial más importante para México, también.
Otro aspecto que revela la encuesta es que los asuntos cercanos a casa, en este caso el tratado comercial y las medidas contra los migrantes, fueron más mencionados por las mujeres que por los hombres, y por la población con menor escolaridad y de mayor edad.
Por el contrario, los conflictos bélicos los mencionaron un poco más los jóvenes, y las personas con mayor escolaridad.
Otro par de preguntas parece confirmar la tendencia hacia lo cercano a casa en las respuestas a las encuestas. Al preguntar cuánto preocupa un alza en el precio de las gasolinas y un impuesto a las remesas, bajo la lógica anterior, el impuesto a las remesas debería pesar, pero el alza en las gasolinas parece todavía más cercano: 74 por ciento dijo que le preocupa mucho un alza a las gasolinas, mientras que 59 por ciento dijo que le preocupa mucho un impuesto a las remesas, un asunto que se fue materializando, de hecho, en los días posteriores al sondeo.
Estos resultados de la encuesta sugieren que la opinión pública mexicana tiende a centrarse más en los temas cercanos a casa que en aquellos que se perciben como más remotos, aunque sean del calibre de un conflicto o una guerra.
Con Trump en la casa de al lado, habrá que seguir pendientes de lo que preocupa y lo que no en nuestro país.