Alejandro Moreno: Retratos de la opinión pública

Gabinete de Comunicación Estratégica presentó este viernes una colección de encuestas de opinión
Gabinete de Comunicación Estratégica presentó este viernes una colección de encuestas de opinión
10 AÑOS.Gabinete de Comunicación Estratégica presentó este viernes una colección de encuestas de opinión
Especial
autor
Alejandro Moreno
Director de encuestas de Nación321
2020-01-24 |07:15 Hrs.Actualización07:15 Hrs.

El día de ayer participé en la presentación del libro "Mexicanos cara a cara: Reflejos de una década", editado por el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), organización que preside Liébano Sáenz y que dirige Federico Berrueto. El libro ofrece una extensa colección de datos de encuestas de opinión pública, la mayoría de ellas realizada por el equipo de GCE a lo largo de los últimos diez años.

Me permití hacer algunas reflexiones sobre los usos y costumbres de la demoscopía en general, sobre la visualización y presentación de datos (se trata de un libro más visual, más gráfico que textual), y sobre la necesidad de no solamente entender a la opinión pública como un todo sino poniendo cada vez más atención a sus partes, a los diversos subgrupos y subpoblaciones que la conforman.

Repetir mis reflexiones en este espacio no le veo mucho sentido, la mayoría iban dirigidas a los propios autores y colaboradores de la obra, y a sus invitados. Pero sí me parece útil retomar algunos de los muchos datos que se reportan en el libro para ofrecer al lector de Las Encuestas una idea de los contenidos y de los cambios registrados en el sentir ciudadano a lo largo de la década. Aquí una breve selección de ellos.

De 2010 a 2019, la percepción de que los mexicanos son tolerantes bajó de 34 a 12 por ciento. Por otro lado, la percepción de que los mexicanos son honestos, disminuyó de 33 a 15 por ciento en ese mismo periodo. A su vez, la percepción de que los mexicanos son corruptos subió de 53 a 80 por ciento. Ninguno de estos cambios es una buena noticia: el primero va a contracorriente con un mayor desarrollo democrático en un sentido amplio, y el segundo va en sentido inverso al de una sociedad con menos corrupción y con un mayor apego a la legalidad, objetivos que la sociedad civil mexicana ha anhelado durante años.

Eso sí, la percepción de que los mexicanos son ingeniosos creció ligeramente de 48 a 53 por ciento en la década, aunque la percepción de que son machistas también subió, en este caso de 60 a 78 por ciento. Lo primero me parece un hallazgo ambiguo porque el ingenio puede ser de doble filo, pero lo segundo destaca en un ambiente de creciente concientización social en torno a los derechos de las mujeres, así como de los enormes problemas cotidianos que enfrentan, como el acoso sexual, la violencia, el feminicidio...

A ese respecto, el libro reporta un aumento, entre 2014 y 2018, de 60 a 71 por ciento de personas que dicen conocer algún caso de violencia contra la mujer. En 2014, el 47 por ciento de las mujeres entrevistadas afirmó haber sufrido algún tipo de acoso verbal callejero. Además de lo impactante que pueden ser los datos que ya se ofrecen, habrá que estar al pendiente de cómo evolucionan las percepciones, y si reflejan, efectivamente, realidades subyacentes.

En otros datos, el libro reporta que de 2011 a 2019 creció de 33 a 65 por ciento la proporción de mexicanos que está de acuerdo con el matrimonio igualitario, prácticamente duplicándose dicho apoyo. Aunque el comparativo emplea una encuesta de 2011 realizada en vivienda y una encuesta en 2019 por vía telefónica, el cambio es sustancial y, hasta cierto punto, esperable, y creo que marca una cierta contradicción con la percepción mencionada en el párrafo anterior, al mostrar que los mexicanos lucen más tolerantes en algunos temas. La pregunta es si hay más tolerancia o menos tolerancia entre la sociedad mexicana. Quizás ambas, dependiendo el tema, dependiendo los grupos sociales que opinan y de los grupos sociales sobre los que se opina.

Ese, precisamente, fue mi comentario final en la presentación: las encuestas tienen la valiosa función de mostrarnos el sentir ciudadano en un momento dado y a lo largo del tiempo, pero también tienen la posibilidad de desagregar esos sentires por grupos y subpoblaciones, permitiéndonos entender a la sociedad, a la opinión pública, como un todo y como partes. El libro de GCE es un gran recurso para consulta y referencia. Es un álbum de retratos de la opinión pública. Ahí nos vemos reflejados: cómo éramos hace una década y cómo somos ahora. Por supuesto, todo eso invita a preguntarse: ¿y qué sigue?