Alejandro Moreno: Cubrebocas

Los cubrebocas ya forman parte de nuestro día a día
Los cubrebocas ya forman parte de nuestro día a día
La nueva normalidad.Los cubrebocas ya forman parte de nuestro día a día
Cuartoscuro
autor
Alejandro Moreno
Director de encuestas de Nación321
2020-07-10 |07:09 Hrs.Actualización07:09 Hrs.


El uso de mascarillas o cubrebocas es ya una extensión de la división partidaria en Estados Unidos. Según las encuestas, los seguidores del partido demócrata las usan más, mientras que los republicanos se resisten más a su uso. 

Las justificaciones para no ponerse mascarilla van más allá de lo sanitario y evocan valores políticos y religiosos. El desdén de algunos hacia las mascarillas puede reflejar el hecho de que el Presidente Trump se ha resistido a ponérselas. Como en muchos aspectos de la opinión pública, el ejemplo del liderazgo importa. O eso es lo que se esperaría.

El Presidente López Obrador no había usado públicamente mascarilla hasta esta semana, cuando se le vio con una puesta en su vuelo a Washington DC vía Atlanta. Desde el principio de la pandemia, el Subsecretario López-Gatell minimizó las mascarillas señalando que creaban un falso sentido de seguridad. (No es por justificarlo, pero la Organización Mundial de la Salud también tardó en definirse a favor de las mascarillas). 

Con esas señales, era de esperarse que buena parte de los mexicanos tuviera reservas hacia las mascarillas. Sin embargo, las encuestas que hemos hecho en El Financiero muestran que ese no ha sido el caso. Por el contrario, desde temprano en la pandemia, la mayoría de los mexicanos consideraba que los cubrebocas sí eran necesarios, a pesar de las señales en contra. 

En la encuesta nacional que hicimos el 13 y 14 de marzo, publicada el 17 de ese mes, el 72 por ciento de los entrevistados dijo que sí es necesario utilizar cubrebocas como medida preventiva ante el coronavirus. En esos días, cuando el Presidente López Obrador aún estaba haciendo giras masivas, los entrevistados estaban divididos respecto a si era o no necesario suspender las clases presenciales: el 51 por ciento pensaba que sí y 45 por ciento que no era necesario. No obstante, la convicción en los cubrebocas se extendía a 7 de cada 10 mexicanos. 

Una encuesta del Pew Research Center realizada en Estados Unidos a principios de junio mostró que dos tercios de los entrevistados dijeron ponerse mascarilla en lugares públicos todo el tiempo o la mayor parte del tiempo, “a pesar de la ambivalencia de Trump,” según señalaba una nota de Bloomberg que me compartió el compañero Isaid Mera, quien también me instó a revisar si había alguna división partidista en nuestro país en torno a los cubrebocas. En la encuesta de marzo sí la había, pero al revés de lo esperado: la opinión de que los cubrebocas son necesarios alcanzaba 79 por ciento entre los morenistas y 56 por ciento entre los oposicionistas, una diferencia de 23 puntos a pesar de que el gobierno morenista había lanzado señales de que no eran necesarias.  

En la Ciudad de México hemos dado seguimiento al asunto. El 4 de abril, el 75 por ciento de los capitalinos consideraba necesarios los cubrebocas para evitar contagios; para el 3 de mayo ya era el 90 por ciento y el 5 de junio el 92 por ciento. Esa actitud hacia los cubrebocas se volvió casi unánime. El 3 de julio reformulamos la pregunta” ¿qué tan útiles diría que son los cubrebocas para prevenir contagios de coronavirus? El 83 por ciento dijo muy o algo útiles (57 y 26%, respectivamente), mientras que el 17 por ciento dijo poco o nada útiles (14 y 3%). Considerando la respuesta “muy útiles” se nota una diferencia partidaria, en el sentido que habíamos visto a nivel nacional: 69 por ciento de los morenistas capitalinos las ven muy útiles, frente al 54 por ciento de los oposicionistas. En la Ciudad de México esto hace más sentido si fuese un reflejo del liderazgo, ya que la Jefa de Gobierno comenzó a usar cubrebocas en sus mensajes a los capitalinos. 


En asuntos políticos, suele ser fascinante encontrar divisiones partidarias en las encuestas. Pero ante la pandemia del coronavirus, lo deseable sería ver más unanimidad y menos división. La reapertura representa un nuevo reto; veremos si la actitud favorable hacia los cubrebocas se hace una realidad en cuanto a su uso, más allá de campos políticos o ideológicos.