Fernando Dworak: Ramírez Marín como presagio

¿Será un candidato competitivo el expriista, o “le ganó la ambición” como dicen sus detractores?
¿Será un candidato competitivo el expriista, o “le ganó la ambición” como dicen sus detractores?
Juan Carlos Ramírez Marín.¿Será un candidato competitivo el expriista, o “le ganó la ambición” como dicen sus detractores?
Cuartoscuro
autor
Fernando Dworak
Analista y consultor político
2023-09-28 |06:57 Hrs.Actualización06:56 Hrs.

En 1970, el economista británico Albert O. Hirschman publicó su libro Salida, voz y lealtad. Respuestas al deterioro de empresas, organizaciones y estados. A primera vista, la obra podría parecer demasiado anticuada para que merezca una lectura, pero en realidad es bastante útil para entender cómo se comportarán los partidos y qué tan cohesivos serán rumbo a 2024. ¿Qué plantea? Una persona será leal a una organización, llámese empresa, sindicato, partido o gobierno, si es más rentable hacerlo y puede tener voz al interior de ésta. Al contrario, optará por “votar con los pies”, o salirse, si es más rentable hacerlo y su voz pierde capacidad de influir.

Si eso suena descabellado, vean la reciente salida del senador Juan Carlos Ramírez Marín del grupo parlamentario del PRI al del PVEM. Primero, mostró una intención clara para competir en 2024 por la gubernatura de Yucatán. Aunque fue de las pocas personas senadoras que no salieron tras a purga de quienes no apoyaban a Alito, todo indica que se le cerraron las puertas a tal posibilidad. Ante ese escenario, comenzó a “coquetear” con Morena a tal grado que se dejó fotografiar con la bancada guinda cuando visitó el Senado Claudia Sheinbaum. Y ya cuando se dio cuenta que su voz menguaba, descubrió que la lealtad era más cara que “votar con los pies”.

¿Será un candidato competitivo Ramírez Marín, o “le ganó la ambición” como dicen sus detractores? Eso lo veremos en su momento. ¿Deberían quitarle el escaño porque renunció a su partido? Sí hay gente que cree que es buena idea, pero en realidad estarían fortaleciendo a un partido político que podría estar tan anquilosado, que es incapaz de administrar las ambiciones de sus integrantes. En todo caso, piensen que entre los trásfugas partidistas más exitosos actualmente se encuentran Andrés Manuel López Obrador o Marcelo Ebrard: la posibilidad de traicionar y “votar con los pies” es una forma de mostrar cuán rebasadas se encuentran las organizaciones a las que pertenecían. Claro está, para dar ese brinco exitoso, necesitan las personas representar algo por sí mismas, apostando en esa jugada su capital político.

¿Cómo podemos aplicar esto tanto para Morena y aliados como para el Frente Amplio? 

Para los guinda y asociados, es mucho más rentable ser leales a rajatabla, y aguantar lo que sea, mientras haya en liderazgo articulador: Andrés Manuel López Obrador, aunque el mayor reto de Claudia Sheinbaum es llenar esa figura de aquí a septiembre de 2024, cuando acabe el sexenio. ¿Y quienes muestren descontento ante la asignación de las candidaturas? Tratarán de presionar dentro de Morena o, en el peor de los casos, moviéndose lateralmente al PT o PVEM. ¿Brincar a MC o al Frente? ¿Para qué, si no son opciones competitivas? En todo caso, el “voto con los pies” significaría que carecen de fuerza política y, por ello, poder de chantaje.

La situación es completamente distinta para el Frente Amplio. Para empezar, salvo en Guanajuato y Yucatán, las expectativas de una victoria son inciertas – y con casi total seguridad lo tienen claro las dirigencias partidistas. Bajo esa premisa, y sabiendo muchas plazas perdidas, optarán por acomodarse en asientos plurinominales “seguros”, dejando menos espacios para negociar. Si optan por llenar las candidaturas uninominales por las mismas personas de siempre, sus amistades, parentelas y querencias, habrá más descontento de cuadros competitivos. Con la diferencia que su fuerza política pueda ser apreciada en MC y en una de esas, hasta en Morena. Es decir, la opción de “votar con los pies” pareciera ser la más racional, casi por default.

En todo caso, es poco probable que el caso del Senador Ramírez Marín sea aislado, e incluso puede ser frecuente entre diciembre de este año y marzo de 2024, cuando se designen todas las candidaturas del Frente Amplio.