La Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) convirtió en sus informantes a algunos de los familiares de Rafael Caro Quintero, fundador del cártel de Guadalajara, quien fue detenido hace una semana en el municipio de Choix, Sonora.
De acuerdo con el periódico The Washington Post, las autoridades estadunidenses detectaron desde hace mucho tiempo dónde vivía Caro Quintero, en Sinaloa.
Destacó que las autoridades sabían que utilizaba una motocicleta y cuatrimotos para transportarse, custodiado por equipos de seguridad que rotaban cada semana, así como los caminos de terracería que tomaba para visitar a sus novias.
Hasta su detención, el capo fue el hombre más buscado por la DEA, tras ser acusado de torturar y asesinar al agente Kiki Camarena en 1985, por lo que incluso se formó un equipo especial llamado The RCQ Task Force para capturarlo, luego de que en 2013 fue liberado por un tecnicismo.
Funcionarios estadunidenses actuales y anteriores resaltaron que entre 2013 y 2022, Estados Unidos y México realizaron 12 operaciones fallidas para atrapar a Caro Quintero, de las cuales muchas no habían sido reportadas previamente.
Pero fue el 15 de julio de este año que el capo fue detenido por elementos de la Secretaría de Marina (Semar), cuando se escondía en unos matorrales cerca del poblado de San Simón, en Choix, Sinaloa.
No obstante, un ex funcionario estadunidense con conocimiento de la operación comentó que la iteración más reciente de la investigación de Caro Quintero comenzó hace al menos ocho meses e involucró a agentes antidrogas de Estados Unidos, quienes proporcionaron inteligencia y otro tipo de asistencia a las fuerzas armadas mexicanas.
Asimismo, aseguró que los funcionarios de la DEA estaban siguiendo el desarrollo de la operación, pero no estaban físicamente presentes cuando el capo fue arrestado.