¿Es seguro viajar en transporte público durante la pandemia del coronavirus?
Depende de una serie de factores, pero existen formas de minimizar el riesgo.
La principal vía de propagación del virus es a través de las gotitas que la gente esparce cuando habla, tose o estornuda. Esto supone que la mejor forma de minimizar su expansión en el transporte público y en otros lugares es llevar cubrebocas y mantenerse a unos dos metros de los demás, según los expertos.
En todo el mundo, los sistemas de transporte exigen a sus usuarios que usen cubrebocas y les instan a mantener la distancia social. El cumplimiento de las recomendaciones puede variar, especialmente a medida que aumenta el número de viajeros y los trenes y autobuses se llenan de nuevo. Pero hay otros lineamientos para hacer que esos viajes sean menos peligrosos.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) sugieren viajar fuera de las horas punta, evitar lugares concurridos en las estaciones y dejar filas vacías entre los asientos cuando sea posible.
Se cree que las superficies suponen también un riesgo, aunque en un grado menor, y en el transporte público se están utilizando una amplia variedad de técnicas de limpieza.
Moscú y Shanghái han experimentado con luz ultravioleta que mata los gérmenes mientras que Hong Kong ha desplegado un robot que rocía peróxido de hidrógeno. En Nueva York, el metro cierra durante la noche para limpiar los trenes.
Aún así, los CDC piden que, si se puede, se evite tocar superficies como los tornos de entrada o los pasamanos.
Por ahora hay mucho por saber acerca del virus y de cómo se propaga, pero los expertos destacan que todavía no ha habido ningún gran brote ligado al transporte público.