La estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) denunció este lunes haber sido víctima de un ciberataque con el objetivo de interrumpir sus operaciones, y señaló directamente a Estados Unidos y a conspiradores locales como responsables del intento de sabotaje.
A través de un comunicado oficial, la petrolera calificó el hecho como una “acción deleznable, orquestada por intereses extranjeros en complicidad con factores apátridas”, y sostuvo que no se trata de un episodio aislado. “No es la primera vez que Estados Unidos, aliado con sectores extremistas locales, intenta afectar la estabilidad nacional”, afirmó la empresa.
PDVSA es considerada la columna vertebral de la economía venezolana y su principal fuente de divisas. Venezuela posee las mayores reservas probadas de petróleo del mundo y actualmente produce alrededor de un millón de barriles diarios.
De acuerdo con la empresa, el ataque se limitó a su sistema administrativo y no afectó las áreas operativas. La petrolera aseguró que la continuidad de la industria está garantizada gracias a la activación de protocolos de seguridad, lo que permitió mantener el suministro interno y cumplir con los compromisos de exportación.
Durante más de una década, Venezuela ha enfrentado recurrentes fallas en servicios públicos y empresas estatales, las cuales el gobierno ha atribuido a acciones de sabotaje y conspiración. Sin embargo, analistas y sectores de la oposición sostienen que estos problemas responden a la falta de mantenimiento, deficiencias en la capacitación del personal y presuntas irregularidades administrativas.
La denuncia de PDVSA ocurre cinco días después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, informara sobre la incautación de un buque petrolero frente a las costas venezolanas, en un contexto de crecientes tensiones entre ambos gobiernos.
Desde septiembre, Estados Unidos ha desplegado fuerzas militares en la región para realizar operaciones contra embarcaciones sospechosas de contrabando de drogas en aguas internacionales del Caribe y el Pacífico, acciones que han dejado más de 80 personas fallecidas.
Mientras Washington sostiene que el despliegue busca combatir a los cárteles de drogas latinoamericanos, el presidente Nicolás Maduro ha acusado a Estados Unidos de utilizar estas operaciones como un mecanismo de presión para forzarlo a abandonar el poder.




