El Congreso de Perú destituyó este jueves a la presidenta Dina Boluarte por “permanente incapacidad moral”, en medio de una creciente crisis provocada por el aumento de la criminalidad en el país.
Con esta decisión, el país sudamericano suma siete mandatarios desde 2018, reflejo de la profunda inestabilidad política que atraviesa.
Tras la votación legislativa, José Jerí, titular del Congreso, juramentó en la madrugada del viernes como presidente interino de la República.
“Defenderé la soberanía nacional, la integridad física y moral de nuestro país”, declaró el abogado de 38 años, quien adelantó que gobernará hasta el 28 de julio de 2026, fecha en que entregará el poder al próximo jefe de Estado que resulte electo en los comicios generales previstos para abril.
La destitución de Boluarte —quien asumió la presidencia en diciembre de 2022 tras la caída de Pedro Castillo— fue aprobada con 124 votos a favor en el Congreso unicameral de 130 miembros, luego de que la mandataria no acudiera a defenderse ante los legisladores pese a haber sido citada. El Parlamento aceptó cuatro solicitudes de vacancia basadas en la supuesta incapacidad del gobierno para frenar el aumento de la delincuencia.
El golpe final a la presidencia de Boluarte llegó después de un ataque armado contra el popular grupo de cumbia Agua Marina, que dejó cinco heridos de bala y fue interpretado como una muestra del descontrol de la violencia.
El episodio aceleró la ruptura entre la mandataria y las bancadas que antes la respaldaban, entre ellas Fuerza Popular, Alianza para el Progreso y Renovación Popular, cuyos líderes —Keiko Fujimori, César Acuña y Rafael López-Aliaga— criticaron duramente su gestión.
Boluarte, la primera mujer en ocupar la presidencia de Perú, había sido señalada por su incapacidad para contener el alza de asesinatos y extorsiones, delitos que golpean principalmente a los sectores populares.
Solo en 2024, el país registró 2,082 homicidios, la cifra más alta en siete años, mientras que las denuncias por extorsión aumentaron de 16 mil 333 en 2022 a 22 mil 348 en 2024, de acuerdo con datos oficiales.
En un intento por justificar la crisis de inseguridad, la exmandataria atribuyó el problema parcialmente a la migración irregular. “Esta delincuencia se ha gestado durante décadas y se ha visto reforzada por la inmigración ilegal... Han abierto las puertas de nuestras fronteras y han permitido que los delincuentes entren en todas partes sin ninguna restricción”, expresó el miércoles durante una ceremonia militar.
Sin embargo, sus declaraciones y la falta de resultados concretos terminaron por aislarla políticamente. A lo largo de su gestión enfrentó ocho pedidos de vacancia, aunque logró mantenerse en el poder gracias a las alianzas parlamentarias que esta semana finalmente se rompieron.
Con su salida, José Jerí se convierte en el séptimo mandatario peruano en solo siete años. Su gobierno provisional deberá conducir el proceso hacia las elecciones de 2026, en un contexto de desconfianza ciudadana y fragmentación política. Mientras tanto, la caída de Boluarte se suma a la larga lista de destituciones, renuncias y crisis que han marcado la historia reciente de Perú.



