El presidente de Estados Unidos, Donald Trump no quita el dedo del renglón con los aranceles y prueba de ello es que recientemente ordenó el 10% a las importaciones de madera blanda y de construcción, así como gravámenes del 25% a gabinetes de cocina, tocadores y productos de madera tapizados, lo que marca su último intento de utilizar los impuestos a las importaciones para apuntalar la fabricación nacional.
Los aranceles entrarán en vigor el 14 de octubre, con algunos aumentos previstos para el 1 de enero, según una proclamación firmada el lunes. Estos aranceles surgen de una investigación del Departamento de Comercio sobre las importaciones de madera aserrada y proyectos derivados, como gabinetes y muebles, iniciada en marzo.
Trump dijo que las acciones planificadas “fortalecerán las cadenas de suministro, impulsarán la resiliencia industrial, crearán empleos de alta calidad y aumentarán la utilización de la capacidad interna para productos de madera”.
Los gravámenes se imponen en virtud del Artículo 232 de la Ley de Expansión Comercial, que faculta al presidente para imponer aranceles sobre bienes en nombre de la seguridad nacional. Son distintos de los llamados aranceles recíprocos, o específicos para cada país, que Trump ha impuesto para aumentar los ingresos, abordar los desequilibrios comerciales y alentar a otros países a eliminar las barreras a los productos estadounidenses.