La Flotilla Global Sumud, que transporta ayuda humanitaria hacia Gaza, denunció un nuevo ataque cuando navegaba en aguas internacionales frente a la isla griega de Creta. Se trata del tercer incidente registrado desde que partió de Barcelona hace 24 días.
De acuerdo con la organización, varios drones arrojaron sustancias químicas sobre las embarcaciones Ohwayla y Yulara, provocando afectaciones en uno de los tripulantes, quien logró recuperarse tras unos minutos.
Además, al menos 12 explosiones alcanzaron a nueve barcos, entre ellos el Zefiro y el Taigete, cuyos mástiles resultaron seriamente dañados. Otros navíos reportaron desperfectos menores.
En el barco Alma, donde viajan la activista Greta Thunberg y Yasemin Acar, miembro de la dirección de la flotilla, se registró la presencia de 15 drones de gran tamaño que volaron a baja altura. Según denunciaron, las radios fueron interceptadas y en algunos momentos se escucharon canciones del grupo ABBA a todo volumen. “
Explosiones, drones no identificados y cortes de comunicación. Estamos siendo testigos de estas operaciones psicológicas en primera persona y en este momento. Pero no nos dejamos intimidar. No seremos silenciados. Continuaremos navegando”, advirtió la organización en un comunicado.
En tanto, Greg Soker, estadounidense, aseguró que “nuestra embarcación fue atacada por un cuadricóptero que dejó caer un pequeño artefacto en la cubierta. Un par de embarcaciones más sufrieron lo mismo. Nuestra radio fue interceptada por comunicaciones adversarias y comenzaron a reproducir Abba”.
El ataque ocurre cuando la flotilla, integrada por unas 50 embarcaciones y 500 activistas de más de 40 países, se encuentra en la etapa final de su travesía. En los próximos seis días planean llegar a las costas de Gaza, siempre que las condiciones lo permitan.
La organización acusa a Israel de estar detrás de las agresiones. “Israel intensifica sus peligrosos ataques contra la Flotilla Sumud Global días antes de su llegada a Gaza. Explosiones, enjambres de drones pesados y señales de interferencia en las comunicaciones son el pretexto para un posible ataque israelí contra más de 500 voluntarios civiles”, denunció en otro comunicado.
Las autoridades israelíes, por su parte, han calificado la misión de “flotilla de Hamás” y han propuesto que la ayuda humanitaria se entregue en el puerto de Ashkelon para ser trasladada de manera “pacífica y no violenta”.
El Ministerio de Exteriores advirtió que, si la flotilla insiste en llegar a Gaza, tomará “las medidas necesarias” para impedirlo, acusando a la iniciativa de “seguir los intereses de Hamás”. El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, incluso amenazó con designar a los integrantes como terroristas.
La respuesta internacional no se hizo esperar. El ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, condenó el ataque y anunció que un buque de la marina de su país ha sido redirigido para asistir a la flotilla si fuera necesario.
Asimismo, dieciséis países, entre ellos España, exigieron protección para los voluntarios y pidieron a la comunidad internacional “abstenerse de cualquier acto ilegal o violento contra la flotilla”.
La misión humanitaria, también conocida como Flotilla de la Libertad, busca romper el bloqueo naval impuesto por Israel sobre Gaza desde 2007 y que en los últimos meses se ha endurecido, dejando a la población del enclave en una situación de hambruna según la ONU.
