Manifestantes incendiaron el Parlamento de Makassar, capital de Sulawesi del Sur, en Indonesia, tras la aprobación de un aumento salarial del 33% para los 580 miembros de la Cámara de Representantes, elevando sus ingresos a cerca de 14 mil dólares mensuales.
Dicha medida, considerada desproporcionada frente al salario promedio de la población, desató una ola de protestas, las cuales causaron disturbios violentos en varias ciudades del país.
En Yakarta, personas inconformes saquearon la residencia del diputado Ahmad Sahroni.
Ante las protestas, el gobierno revocó el aumento salarial y suspendió privilegios parlamentarios como dietas, viajes oficiales y asignaciones adicionales.
Embajadas extranjeras emitieron alertas de seguridad ante el riesgo de nuevas manifestaciones masivas.