Un ataque armado en una iglesia católica de Minneapolis dejó dos menores muertos y 17 personas heridas durante una misa escolar, en un hecho que ya es investigado por el FBI como terrorismo local y posible crimen de odio contra católicos.
El jefe de policía de Minneapolis, Brian O’Hara, informó que el agresor —armado con fusil, escopeta y pistola— disparó docenas de veces a través de las ventanas de la Escuela Católica de la Anunciación poco antes de las 8:30 de la mañana, cuando decenas de niños se encontraban en el templo. La policía cree que posteriormente se suicidó.
Los menores fallecidos tenían 8 y 10 años, y otros 14 resultaron heridos. En total, 17 personas fueron alcanzadas por las balas.
En X, el director del FBI, Kash Patel, confirmó que el caso se investiga como un acto de terrorismo doméstico y como un crimen de odio contra la comunidad católica.
IDENTIFICAN AL AGRESOR
Aunque la policía no reveló su identidad oficialmente, un agente dijo a The Associated Press que el atacante fue identificado como Robin Westman, de unos 20 años. No contaba con un historial criminal extenso y se cree que actuó solo.
Las autoridades hallaron también una bomba de humo en el lugar, aunque no explosivos.
“El nivel de crueldad y cobardía de disparar en una iglesia llena de niños es absolutamente incomprensible”, expresó O’Hara.
Vecinos y feligreses describieron haber escuchado hasta 50 disparos en menos de cinco minutos. Afuera de la escuela, en medio de un fuerte despliegue policial, los padres se reencontraban con sus hijos en una zona de reunificación, muchos de ellos entre lágrimas y abrazos.
“Son niños pequeños. Me resulta realmente difícil asimilarlo”, dijo Aubrey Pannhoff, estudiante de 16 años de otra escuela católica que acudió al lugar tras el cierre de su plantel.
La representante demócrata Ilhan Omar visitó la zona, mientras dirigentes políticos y religiosos coincidieron en que el ataque fue un golpe devastador no solo para las familias, sino también para toda la ciudad.
