El Gobierno de Trinidad y Tobago anunció su apoyo a la decisión de Estados Unidos de movilizar “recursos militares” en el Caribe, en medio del incremento de violencia ligada a “los carteles terroristas de la droga” y de la creciente tensión por la disputa territorial entre Venezuela y Guyana.
La primera ministra Kamla Persad-Bissessar aseguró que su país no cuenta con los medios suficientes para enfrentar el crimen transnacional y que, en caso de una agresión venezolana contra Guyana, Puerto España respaldará a Washington.
“Si el régimen de Maduro lanza algún ataque contra el pueblo guyanés o invade el territorio guyanés y el gobierno estadounidense solicita acceso al territorio trinitario para defender al pueblo de Guyana, mi gobierno se lo concederá sin reservas”, declaró la mandataria.
En su mensaje, Persad enfatizó que “Trinidad y Tobago se ha visto sumida en la sangre y la violencia durante los últimos 20 años debido al tráfico de drogas, personas y armas de fuego”.
Agregó que los pequeños estados insulares “simplemente no cuentan con los recursos financieros y militares necesarios para hacer frente a los carteles de la droga”. Subrayó además que quiere dejar “muy claro” que, de producirse un ataque venezolano, su país permitirá el acceso estadounidense “sin dudar”.
El posicionamiento ocurre tras el despliegue de buques de guerra como el USS Gravely, el USS Jason Dunham y el USS Sampson en aguas cercanas a Venezuela, con el objetivo, presuntamente, de frenar el narcotráfico y reforzar la seguridad regional.
Según la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, Washington está preparado para “usar todo su poder” a fin de detener el “flujo de drogas hacia su país”.
Guyana, primer país en expresar abiertamente su respaldo a la estrategia, llamó recientemente a profundizar la cooperación internacional contra el narcoterrorismo, haciendo referencia al “Cartel de los Soles”.
El presidente Irfaan Ali advirtió que la situación del Esequibo —un territorio rico en recursos naturales y en disputa histórica con Caracas— podría desestabilizar a toda la región y destacó la importancia de alianzas internacionales para proteger su soberanía.
Mientras tanto, Venezuela respondió acusando a Georgetown de servir a los “oscuros intereses” de la petrolera ExxonMobil y de permitir injerencias extranjeras. La cancillería venezolana calificó como “miserable” la postura de Guyana y defendió que la disputa territorial debe resolverse sin presiones externas.
En contraste, Persad reiteró que su gobierno acoge “con agrado” la ayuda estadounidense para “combatir los carteles terroristas de la droga”, aunque aclaró que “siempre ha mantenido buenas relaciones con el pueblo venezolano y así seguirá siendo”.