Estados Unidos planea construir una fábrica de 750 millones de dólares en el sur de Texas para criar miles de millones de moscas estériles, intensificando sus esfuerzos para evitar que las larvas carnívoras de México, conocidas como gusanos barrenadores, crucen la frontera y dañen la industria ganadera estadounidense.
La secretaria Brooke Rollins, anunció el viernes que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) espera producir y liberar moscas macho estériles del gusano barrenador dentro de un año desde la nueva fábrica, que se construirá en la Base Aérea de Moore, en las afueras de Edinburg, Texas, a unos 32 kilómetros (20 millas) de la frontera.
También dijo que la agencia planea desplegar 100 millones de dólares en tecnología, como trampas para moscas y cebos, y aumentar los patrullajes fronterizos con “jinetes de garrapatas” montados a caballo y entrenar perros para detectar el parásito.
Además, Rollins dijo que la frontera de Estados Unidos permanecerá cerrada a las importaciones de ganado, caballos y bisontes de México hasta que Estados Unidos vea que la plaga retrocede hacia el sur, hacia Panamá, donde la plaga había sido contenida hasta finales del año pasado mediante la cría de moscas estériles.
Estados Unidos ha cerrado su frontera a esas importaciones tres veces en los últimos ocho meses, la más reciente en julio, tras informes de una infestación a unos 595 kilómetros (370 millas) de la frontera de Texas.
Las autoridades estadounidenses temen que, si la mosca llega a Texas, sus larvas carnívoras puedan causar pérdidas económicas por miles de millones de dólares y hacer que los precios minoristas de la carne de res, que ya han alcanzado niveles récord, aumenten aún más, alimentando una mayor inflación.
El parásito también puede infestar la vida silvestre, las mascotas domésticas y, ocasionalmente, a los humanos.