Los peruanos Ronald Rojas y María Mariñas jamás imaginaron que vivían sobre un cementerio preincaico y que tenían como vecino un individuo de unos mil años de antigüedad casi al frente de su vivienda y a dos metros de profundidad.
La casa de la pareja está enclavada en una zona de la periferia de Lima en la que recientemente se han estado realizando hallazgos arqueológicos.
Los trabajadores que excavan las redes subterráneas de gas de la empresa Cálidda se toparon el jueves con dos tumbas construidas con caña, troncos y adobes. Una estaba vacía, pero la otra tenía restos óseos humanos junto a cuatro vasijas de arcilla y otras tres elaboradas con cáscaras de calabaza.
“¡Ay! Dios mío”, dijo Rojas rascándose la cabeza al ver a arqueólogos excavando cerca de su puerta. “Da un poco de miedo, la verdad, porque los fantasmitas asustan”, comentó el hombre, padre de tres hijos. María Mariñas, su esposa, le recordó que el individuo encontrado era “un gentil”, un término usado para referirse a seres muy antiguos.
No es la primera vez que la empresa que distribuye gas natural en la capital peruana, de 10 millones de habitantes, encuentra restos arqueológicos. En más de dos décadas de trabajos de excavación para ampliar la red subterránea se han sumado más de 2 mil 200 hallazgos, según información de la compañía.
La iconografía de las vasijas, los colores negros, blancos, rojos y la técnica “nos permiten realizar una filiación con la cultura preincaica Chancay ”, de aproximadamente mil a mil 470 años de antigüedad, dijo a The Associated Press el arqueólogo José Aliaga. Añadió que seguirán limpiando el cuerpo que está envuelto en un fardo roto, en posición sentada y con las piernas juntas y pegadas al pecho.
Hace poco más de un mes, Aliaga desenterró un cuerpo completo, también en posición sentada, a 60 centímetros de profundidad y a una cuadra y media de la casa de Ronald Rojas y María Mariñas.
Es frecuente encontrar en la costa peruana elementos funerarios, incluidas tumbas, entierros e individuos momificados, dijo a la AP Pieter Van Dalen, profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y decano del Colegio de Arqueólogos de Perú. Van Dalen no está involucrado en el descubrimiento.
Otros transeúntes detenían su camino para observar los restos del individuo encontrado e incluso lo retrataban con sus celulares. Flor Prieto paseaba con su hija Karen, de siete años. “Siempre pensé que eran caminos donde no había vivido nadie, pero ahora sé que han vivido gente más antigua que los incas...se siente tan emocionante”, comentó Prieto.