Ataques israelíes en toda la Franja de Gaza durante la noche de este lunes 14 de julio mataron al menos a 31 personas, reportaron hospitales locales, al tiempo que agencias de Naciones Unidas advirtieron que la escasez crítica de combustible pone en riesgo a los hospitales y otras infraestructuras.
Doce personas murieron por ataques en el sur de Gaza, incluidas tres que esperaban en un punto de distribución de ayuda, según el Hospital Nasser en Jan Yunis, que recibió los cuerpos.
El Hospital Shifa en Ciudad de Gaza también recibió 12 cadáveres, incluidos tres niños y dos mujeres, tras una serie de ataques en el norte, según el director del hospital, el médico Mohammed Abu Selmia.
El Hospital Al-Awda en el centro de Gaza reportó siete muertos y 11 heridos en ataques en el campamento de refugiados de Nuseirat.
Mientras, el Ejército israelí asegura que sólo apunta contra milicianos y trata de no herir a civiles. Culpa a Hamás por las muertes de civiles porque los milicianos operan en áreas densamente pobladas.
La guerra de 21 meses desencadenada por el ataque de Hamás el 7 de octubre continúa después de dos días de conversaciones entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, que terminaron la semana pasada sin señales de un avance en las negociaciones sobre un alto el fuego y la liberación de rehenes.
ADVIERTEN CRISIS DE COMBUSTIBLE
Agencias de la ONU, incluidas aquellas que proporcionan alimentos y atención médica, reiteraron una advertencia hecha el fin de semana de que sin combustible adecuado, “probablemente se verán obligadas a detener sus operaciones por completo”.
En un comunicado conjunto, señalaron que los hospitales ya están quedándose sin electricidad y las ambulancias ya no pueden moverse.
Sin combustible, el transporte, la producción de agua, el saneamiento y las telecomunicaciones se detendrán y las panaderías y cocinas comunitarias no podrán operar, advirtieron.
Las agencias confirmaron que unos 150 mil litros de combustible ingresaron a Gaza la semana pasada, la primera entrega en 130 días. Pero afirmaron que es “una pequeña fracción de lo que se necesita cada día para mantener la vida diaria y las operaciones de ayuda crítica en funcionamiento”.
“Las agencias de Naciones Unidas y los socios humanitarios no pueden exagerar la urgencia de este momento: se debe permitir la entrada de combustible a Gaza en cantidades suficientes y de manera constante para sostener operaciones que salvan vidas”, sostuvieron.