Internacional

Aranceles: un ‘arma de muchos filos’ para Donald Trump

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Donald Trump.Los aranceles ya no sólo ha sido adoptadas por su gobierno como medidas de protección comercial o incentivo industrial, ahora se ha convertido en una especie de ‘castigo’ para naciones al exterior
(Especial)

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha llevado el uso de los aranceles a magnitudes donde ningún otro presidente estadounidense se había atrevido.

Para él, no se trata sólo de política comercial: son herramientas de guerra, castigo político, freno ideológico y apalancamiento diplomático.


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Trump Donald Trump prometió aranceles generalizados a los países de las BRICS. (Bloomberg)

Bajo el argumento de que “uso el comercio para muchas cosas, pero es excelente para resolver guerras”, el presidente ha intentado convertir los gravámenes en su principal instrumento de poder global.

A través de amenazas, cartas públicas y anuncios desde su red Truth Social o desde eventos públicos, Trump ha desplegado una ofensiva arancelaria que busca reordenar el mapa geopolítico internacional según sus intereses.


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trump Trump aseguró en Truth Social que el mundo entero está estafando a EU. (CRISTINA)

Es por esto, que aquí, en Nación321, te recordamos de qué forma ha usado el mandatario esta arma que tiene ‘múltiples filos’:

‘REEQUILIBRAR’ EL COMERCIO

Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha redoblado su cruzada comercial para corregir lo que considera una injusticia histórica: el déficit de Estados Unidos frente a sus socios. Su lógica es sencilla: si otros países imponen aranceles, EU también debe hacerlo.

En la última semana, ha amenazado a 25 socios comerciales con nuevos aranceles si no firman acuerdos “aceptables” antes del 1 de agosto.

En la lista figuran la Unión Europea, Japón, México, Brasil, Corea del Sur, Tailandia, Canadá e India, entre otros. A algunos se les ha ofrecido una ventana de negociación para evitar sanciones; a otros, se les ha advertido que cualquier represalia elevará aún más las tarifas.

En febrero, elevó la apuesta con un plan de aranceles del 25% a sectores clave: automóviles, productos farmacéuticos y semiconductores, apuntando principalmente a la Unión Europea y China.

“El comercio debe ser recíproco”, insistió el presidente. “Cada vez que una empresa extranjera regresa a Estados Unidos y pone su planta aquí, no hay aranceles”.

Un ejemplo de esto fue lo que pasó ayer, 14 de julio, con respecto al nuevo arancel que impuso a México de 17.09% al jitomate, pues aunque ambas naciones habían acordado respetar estas exportaciones, los estadounidenses señalaron que esta medida servirá para enfrentar el “comercio desleal” .

ARANCELES CONTRA EL CRIMEN ORGANIZADO

Los aranceles también se han convertido en una herramienta punitiva contra gobiernos que, a juicio de Trump, no hacen lo suficiente para combatir al crimen transnacional.

México fue el primero en esa lista. Recientemente, en una carta enviada a la presidenta Claudia Sheinbaum, Trump reconoció cierta cooperación mexicana en seguridad, pero afirmó que “lo que ha hecho no es suficiente”.

Acusó al gobierno de no frenar a los cárteles del narcotráfico y de permitir el tráfico de fentanilo. “México aún no ha detenido a los carteles que intentan hacer de toda Norteamérica un patio de juegos del narcotráfico”, escribió al anunciar el arancel del 30%.

Por su parte, el 10 de julio Canadá recibió una amenaza similar. Trump anunció un arancel del 35% si Ottawa no frena el flujo de fentanilo en la frontera norte. Lo hizo a través de una de las más de 20 cartas públicas enviadas esa semana, en las que advierte que cualquier represalia comercial será respondida con más sanciones.

Ambas medidas, justificadas por temas de seguridad nacional, marcan un giro: el comercio como castigo por delitos transnacionales que escapan del control fronterizo estadounidense.

LOS BRICS, LULA Y EL PODER ARANCELARIO

Trump también ha convertido los aranceles en un instrumento ideológico. Durante la reciente cumbre de los BRICS (el bloque de economías emergentes conformado por Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica e Irán), el mandatario advirtió que cualquier país alineado con sus políticas “antiamericanas” enfrentará un arancel adicional del 10%.

El mensaje fue una clara respuesta a los comentarios del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien en la clausura del evento declaró: “El mundo cambió. No queremos un emperador. Somos países soberanos”. Trump respondió con una investigación comercial contra Brasil y la amenaza de un arancel del 50% sobre sus exportaciones.

Para Trump, el bloque BRICS representa una amenaza geopolítica con un claro componente ideológico. La presencia de China, Rusia e Irán en el grupo, sumado al protagonismo progresista de Lula, refuerza su narrativa: los BRICS son “antiamericanos” y deben pagar un precio.

Además, ha vinculado estas decisiones con supuestos ataques a la libertad de expresión por parte del gobierno brasileño, acusando —sin pruebas— al Supremo Tribunal Federal de “emitir órdenes de censura secretas e ilegales” contra redes sociales estadounidenses.

Detrás de estas acciones también hay una defensa del dólar. En enero, Trump prometió aranceles del 100% a los países que “jueguen con el dólar”, una forma de proteger su estatus como moneda de reserva global.

ARANCELES COMO ARMA PARA LA PAZ

Pero quizá la jugada más controversial, hasta ahora, es el uso de aranceles como herramienta para frenar una guerra.

Durante una reunión con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, Trump advirtió que si Vladimir Putin no acuerda un alto al fuego en Ucrania en los próximos 50 días, impondrá aranceles secundarios del 100% contra Rusia y sus socios comerciales.

Este tipo de sanciones no sólo afectan al país objetivo, sino también a terceros que mantengan relaciones económicas con él.

Vamos a aplicar aranceles muy severos si no llegamos a un acuerdo. Uso el comercio para muchas cosas, pero es excelente para resolver guerras”, dijo desde la Oficina Oval. Los legisladores estadounidenses ya preparan un paquete de sanciones complementarias.

¿POLÍTICA ECONÓMICA O ARMA DE INTIMIDACIÓN?

Para Alfonso Barranco, internacionalista de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM, el uso que Donald Trump ha hecho de los aranceles se explica por las facultades presidenciales que le permiten “incidir de manera directa en temas de política monetaria y también en política exterior, sin tener que pasar por algún otro filtro”.

Lo anterior ha permitido que el mandatario utilice los aranceles como una forma de presión inmediata para negociar desde una posición ventajosa, señala en entrevista con Nación321.

Barranco subraya que los aranceles “han dejado de ser una herramienta de protección económica y comercial” para convertirse en “una forma de ejercer coerción y amenaza a los estados”, con el objetivo de imponer condiciones políticas. Aunque en teoría buscan equilibrar el comercio, en la práctica han sido utilizados por Trump principalmente con fines políticos, acota.

El especialista advierte que esta estrategia puede generar consecuencias económicas y diplomáticas a nivel global, como la volatilidad de precios y el debilitamiento de relaciones bilaterales.

“Puede implicar la apertura a nuevos horizontes de negociación” con países que no impongan ese tipo de barreras, explica.

Finalmente, el especialista añade que el uso reiterado de aranceles por razones ideológicas o de seguridad “empieza a agotarse, empieza a perder su efecto”, aunque Trump aún puede aplicarlos de forma unilateral gracias a su marco legal.

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