Adrián Buitrón, de 55 años, fue sentenciado a siete años de cárcel por el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Mar del Plata, en Argentina, tras ser hallado culpable de tres casos de abuso sexual simple.
De acuerdo con medios locales, las víctimas eran amigas de su hija adolescente, quienes habían acudido a su casa en Comandante Nicanor Otamendi para dormir en distintas reuniones entre 2019 y 2020.
Según las pruebas presentadas en el juicio, Buitrón aprovechó estas pijamadas para manosearlas y masturbarse frente a ellas. Los jueces Ricardo Perdichizzi, Paula Soulé y Fabián Riquert respaldaron la acusación del Ministerio Público Fiscal y los abogados de las víctimas, Maximiliano Orsini y Carlos Disipio, confirmando los tres episodios denunciados y rechazando cualquier atenuante que eximiera su responsabilidad.
La investigación comenzó cuando una de las menores reveló los abusos a una docente. Ante la gravedad del caso, la institución educativa notificó a los padres y advirtió que, de no formalizar la denuncia, lo haría la escuela. Así, se inició el proceso judicial que culminó con la condena.
El fallo destacó como agravantes la “extensión del daño causado, el aprovechamiento del estado de indefensión y del vínculo con las niñas”, así como la “asimetría de poder y conocimiento” entre el acusado y las víctimas. Como únicos atenuantes, se consideraron la falta de antecedentes penales de Buitrón y una patología psiquiátrica acreditada durante el juicio.
Tras conocerse la sentencia, Buitrón, que asistió al debate en libertad, fue detenido en el séptimo piso de Tribunales y trasladado a la Unidad Penal N°44 de Batán, según confirmaron fuentes policiales locales.
