Tras los ataques de Estados Unidos contra instalaciones nucleares iraníes, el Parlamento de Irán aprobó este domingo una resolución que propone el cierre del estratégico Estrecho de Ormuz, una ruta vital para el comercio mundial de energía.
La decisión final está en manos del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, aunque legisladores y figuras clave del régimen aseguran que la medida se encuentra “en la agenda” y “se hará cuando sea necesario”, según declaró Esmail Kosari, parlamentario y comandante de la Guardia Revolucionaria.
El estrecho de Ormuz, que conecta el Golfo Pérsico con el Mar de Omán, es una arteria clave para el transporte marítimo de crudo y gas natural. Según la Administración de Información Energética de Estados Unidos, en el primer trimestre de 2025 circularon diariamente por este punto 20.1 millones de barriles de petróleo, lo que representa aproximadamente el 20% del consumo global.
Por este estrecho transitan cada día un promedio de 13 buques cisterna que movilizan más de 15 millones de barriles de crudo.
“Los sucesos de esta mañana son indignantes y tendrán consecuencias duraderas. Todos los miembros de la ONU deben estar alarmados por esta conducta extremadamente peligrosa, ilegal y criminal”, declaró el Ministro de Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, en reacción a los bombardeos.
Añadió que “de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y sus disposiciones que permiten una respuesta legítima en defensa propia, Irán se reserva todas las opciones para defender su soberanía, sus intereses y su pueblo”.
Desde hace años, Irán ha amenazado con bloquear esta vía como respuesta a las sanciones impuestas por Washington, sobre todo tras la salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear en 2018 y el endurecimiento de restricciones a la exportación de petróleo iraní en 2019. Aunque esas amenazas no se habían concretado, la región ha sido escenario de repetidos incidentes con buques petroleros, lo que llevó a Irán a inaugurar en 2021 una terminal de exportación en el mar de Omán que permite evitar el paso por Ormuz.
Ante la posibilidad de que Teherán cumpla con su advertencia, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, llamó al gobierno chino a intervenir para disuadir a Irán: “Animo al Gobierno chino en Pekín a que les llame al respecto, porque dependen en gran medida del estrecho de Ormuz para su petróleo”.
Agregó que cerrar esta ruta “sería otro terrible error” y un “suicidio económico” para Irán, advirtiendo que tal acción “merecería una respuesta” por parte de Estados Unidos y otras naciones afectadas.
En medio del conflicto regional, el cierre del Estrecho de Ormuz podría detonar consecuencias graves para los mercados energéticos y escalar el enfrentamiento entre potencias.