Desde la noche del jueves 12 de junio comenzó un “ataque preventivo” de Israel sobre Teherán, la capital de Irán.
El clima de tensiones entre ambas naciones se ha incrementado súbitamente debido a que el gobierno de Israel, encabezado por Benjamín Netanyahu, acusa que Irán no ha dado marcha atrás a su poderoso programa nuclear.
En respuesta, el gobierno iraní, liderado por Masoud Pezeshkian, ya respondió con miles de misiles descargados en Tel Aviv, capital israelí, en lo que parece el inicio de un conflicto regional complicado.
Pero... antes de que este encono bélico escale, en Nación321 hicimos el ejercicio de preguntarle a la Inteligencia Artificial cómo se podría mediar el conflicto, y aunque no hay una respuesta única, sí hay varias estrategias que, en un hipotético panorama, podrían incentivar acuerdos.
De acuerdo con Chat GPT, la herramienta utilizada para responder nuestra pregunta, “mediar el conflicto entre Israel e Irán es uno de los desafíos diplomáticos más complejos del panorama internacional actual, debido a las profundas raíces ideológicas, religiosas, históricas y geopolíticas que lo alimentan. No existe una “mejor forma” única y definitiva, pero sí un conjunto de estrategias complementarias que, combinadas inteligentemente, podrían contribuir a reducir tensiones y abrir caminos hacia una solución duradera".
Según la IA, estas serían algunos de los puntos clave para lograr un futuro e hipotético acuerdo entre estas dos potencias bélicas.
Mediación multilateral e imparcial
De acuerdo con la IA, una mediación eficaz debe involucrar a actores internacionales con credibilidad ante ambas partes. Esto puede incluir países neutrales con buena relación con ambos (por ejemplo: Suiza, Omán o Noruega), organismos internacionales, como la ONU, la UE o incluso la Organización de Cooperación Islámica (OCI), dependiendo del contexto y actores regionales claves como Turquía, Egipto o Qatar, que pueden influir tanto política como diplomáticamente.
Desescalada militar progresiva
Aunque este escenario luce por demás complicado, ambas partes tendrían que comprometerse a evitar ataques directos (como bombardeos o sabotajes), establecer canales de comunicación militar para evitar errores de cálculo y firmar acuerdos de no agresión temporales como paso previo a negociaciones mayores.
Además, destacó, un “alto el fuego indirecto o una ‘pausa estratégica’ puede abrir una ventana diplomática, incluso sin reconocimiento mutuo”.
Fomentar la diplomacia indirecta
Dado que Israel e Irán no tienen relaciones diplomáticas oficiales, la diplomacia indirecta (“backchannel diplomacy”) es clave y se puede facilitar a través de intermediarios como think tanks o exdiplomáticos, reuniones secretas en terceros países y canales humanitarios o comerciales limitados que creen interdependencia.
Incentivos y garantías externas
La comunidad internacional puede ofrecer incentivos que motiven el diálogo, como un alivio de sanciones contra Irán (por su programa nuclear), garantías de seguridad para Israel respecto a la influencia iraní en Siria, Líbano o Gaza y proyectos de cooperación regional en seguridad hídrica, energía o transporte.
Separar conflictos
Parte del reto es que el conflicto Israel-Irán se entrelaza con el encono israelí-palestino, la rivalidad suní-chií en el mundo musulmán y las tensiones entre EE. UU. e Irán, por lo que es importante separar estos ejes (por ejemplo, negociar con Irán sobre Siria sin condicionar todo al tema palestino) puede ayudar a desbloquear agendas congeladas.