La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, expresó su consternación y exigió justicia tras el asesinato del empresario y líder citrícola Bernardo Bravo Manríquez en el Valle de Apatzingán, Michoacán.
“Tiene que haber justicia”, señaló la mandataria desde su conferencia matutina.
Bravo, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, fue localizado sin vida dentro de su vehículo sobre la carretera Apatzingán–Tepetates la mañana del lunes 20 de octubre, con una herida de bala en la cabeza
La Fiscalía de Michoacán abrió una carpeta de investigación por homicidio y no descarta ninguna línea de pesquisa. El crimen ha puesto en el foco la situación de violencia y extorsión que padecen los productores de limón en la región de Tierra Caliente.
Sheinbaum hizo un llamado a las autoridades de seguridad para actuar de forma decidida y aseguró que el Estado dará seguimiento al caso para que “no quede impune un solo responsable”. Asimismo, reiteró su preocupación por el entorno de inseguridad que enfrentan los agricultores del país.
La muerte del líder limonero desató indignación entre los productores agrícolas y organizaciones civiles, quienes reclaman que se garantice protección al sector productivo y se acabe con los cobros de piso, amenazas y asesinatos que han proliferado en la zona.
El gobernador de Michoacán y la fiscalía estatal han reiterado su compromiso político de investigar el caso a profundidad, aunque hasta el momento no se ha informado públicamente la detención de los responsables ni una fecha estimada para esclarecer el crimen.
El homicidio de Bernardo Bravo se suma a una creciente cadena de ataques contra líderes agrícolas en México, que evidencian los retos de seguridad y justicia que enfrenta el campo mexicano ante la coacción del crimen organizado.